La mirada del otro en Hermann Hesse

El lobo estepario – Hermann Hesse – 9789686378016

«El lobo estepario» de Hermann Hesse publicado en 1927 desde sus primeras páginas nos saluda como lo hacen las novelas existenciales. Uno de sus signos es la primacía de la mirada en personajes parcos pero profundos.

…recuerdo una expresión en ese sentido, que ni siquiera llegó a pronunciar, pues consistió simplemente en una mirada… una mirada instantánea… crítica de aquellas palabras… inolvidable y terrible… {pág 11}

La mirada es la evidencia física de la conciencia del otro obrando sobre uno o sobre un tercero, siempre arrojándonos hacia nuevos posibles, el conflicto, la alianza o la sumisión, esto es, la dialéctica del tercer otro que posteriormente nos enseña Sartre.

La mirada era mucho mas triste que irónica, insondable y amargamente triste; su contenido era una desesperanza callada, en cierto modo irremediable y definitiva, y en cierto modo convertida ya en forma y en hábito. {Ibid.}

La mirada acusa al relator de ser otro que le defrauda, de formar parte de lo que el sujeto, quien mira y juzga, rechaza. Triste, es una mirada triste, su juicio y perseverancia en su camino auténtico le deja solo. Y es que está condenado a ser fiel a su juicio, a cumplir el deber ser que escoge. Pero el sujeto no por ello emite sonido alguno, desesperanzado no se comunica, cosifica al otro en una categoría, lo encasilla en un adjetivo. El combate comienza, la persona objetivada, cosificada ¿lo dejará así?

 

 

Arte del compromiso moral y estético – La pasión de Juana de Arco

Hermoso arte. En cuanto a la fe, deberíamos celebrar lo que nos une. Anacronia artística y moral, es esta ausencia la que nos debe unir. Como el pueblo cuando pierde su lider, es esa ausencia la que mas fuerte los une. Los invito a ver esta película.

 

Moral y ambigüedad del existir

En esta introducción al pensamiento de Beauvoir hay una importante sección dedicada a su moral.
«Simone de Beauvoir – Del sexo al género» – Cristina Sánchez Muños – 8425536001789

Decir que nuestra existencia es ambigua significa señalar la necesidad de pensarnos como conciencias, pero al mismo tiempo… sujetos a este mundo… <<es la existencia humana la que hace surgir en el mundo los valores a partir de los cuales podrá juzgar los proyectos en los que se comprometa>> El fundamento de la moral -de la moralidad existencialista- será la aceptación de la propia libertad. <<Quererse moral y quererse libre es una misma y única decisión>> … ¿Vale cualquier camino para obtener la libertad?

… reconocernos como fin supremo y último al que debe subordinarse toda acción, pero al mismo tiempo las exigencias de la misma nos obligan a tratarnos unos a otros como instrumentos, como medios, o como obstáculos. Es por tanto una ambigüedad que se plantea en nuestra relación con los otros… Beauvoir pone el énfasis en la cuestión de la libertad en situación, pues la libertad no se da en abstracto… Si la situación no permite la libertad… el ser humano <<se ve reducido a experimentar la contingencia en la desolación y la impotencia>> {pág. 43 y 44}

Marcel – Ser y tener – La libertad como carencia (II)

Ser y tener. Gabriel Marcel
Ser y tener. Gabriel Marcel
9-788487-943317

Continuamos con nuestro estudio de esta obra.

 Al platonismo de la idea como lo que supera a quien la encarna, Agustín y Marcel agregan la carga afectiva, a las abstracciones Marcel añadirá la emoción para llegar a una filosofía concreta, y en lo que respecta al tener se trata del ¿por qué quiero eso?

 Para asimilar una cosa, tiene que haber una cosa independiente de mí, así, si deseo que una amenaza X sea una oportunidad de alcanzar una mejora Y.

– el cambio que deseo existe en mi y es la «mejora Y».

– el objeto de mi deseo existe independiente de mí y es la «amenaza X».

 La idea del cambio la tengo en mí, de otro modo no podría proyectarla. Por tanto, tener el deseo de que se cumpla el cambio, es ser el deseo del cambio que quiero, mi conciencia es conciencia-de-deseo de ese cambio.

 La conciencia-angustia es toda intuición y nos revela las posibilidades que tenemos como caminos para recorrer en nuestro proyecto, nuestra vida. La sentencia existencialista es clara: somos angustia; preguntarse ¿que soy? ¿que puedo ser? ¿por qué soy y que debo ser? es el dasein heideggeriano, el existir.

 La conciencia-proyectante es nuestro deseo de pasar de una potencia a un acto, de darnos un nuevo en-sí, introyectar la cosa que deseo para mí me permite proyectarme dotado por las capacidades sobre la cosa, alcanzo la idea de mi futuro yo y me doy cita con él.

 La conciencia-poseedora posee una cosa en cierto grado independiente de sí y reconoce, actúa, uno de los posibles que adquirió con dicha cosa, así hacemos de nosotros un ser con poderes. Concedamos a Freud el acierto de su frase: «el hombre es un dios con prótesis».

 Como de la nada nada sale, no podemos reflejar, expresar, lo que no tenemos, en cambio lo que poseo sí puedo elegir ignorarlo o bien hacerlo para mí y reflejarlo.  Reflejar, pasar una de mis potencias a acto, cambiará mi situación y en esta volveré a estar arrojado a mis posibles, cambiar mis circunstancias mediante mis actos, no cambiará mi condena a elegir, angustia-de-elegir es lo que soy y seré.

Ser y tener cuerpo

 ¿Poseemos nuestro cuerpo? ¿es acaso una cosa? ¿que soy yo si trato a mi cuerpo como cosa? Uno es su cuerpo, cosificar nuestro cuerpo es un acto de mala fe, en el suicidio pareciera afirmarse «mi cuerpo es un objeto, yo no soy nada» {Ibid. pag. 144}. Hegel dice: «yo soy el acto que afirma mi cuerpo», la idea que tengo de mi cuerpo.

 Esta conceptualización del cuerpo está en Hegel antes que en Marcel, y en Marcel antes que en Sartre.  La posibilidad del suicidio nos rebela el misterio de la relación de posesión que uno tiene consigo mismo, uno es y posee su cuerpo. Quien se niega a matarse, se niega ese modo de ejercer la posesión de su cuerpo, su relación entre lo que es en-sí y lo que es para-sí difiere de la del suicida. En cierto modo, quien escoge la vida deja de pertenecerse, no se cosifica al punto de mandarse a la nada, de terminar con su cuerpo para nihilizar su proyecto.

…cuando digo: tengo un cuerpo, no quiero solamente decir: tengo conciencia de mi cuerpo; pero tampoco: hay algo que puede llamarse mi cuerpo. Parece que hay un término medio, un tercer reino. {ibid. pág. 146}

El cuerpo de otro y el nuestro, el aborto

Por lo mismo, quien aborta, cosifica a otro y lo manda a la nada, le niega todas sus posibilidades, en este punto, Marcel (véase), Buber, incluso en cierto modo Sartre («La edad de la razón», «San Genet»), difieren con de Beauvoir:

“El aborto libre y gratuito no es nuestra única plataforma de lucha. Esta demanda es simplemente una exigencia elemental. Si no se la toma en cuenta, el combate político no puede ni siquiera comenzar. Recuperar, reintegrar nuestro propio cuerpo constituye para nosotras, las mujeres, una necesidad vital. De frente a la historia, nuestra situación es bastante singular: en una sociedad moderna como la nuestra, somos seres humanos a quienes se les prohíbe disponer de sus cuerpos. Una situación que en el pasado sólo los esclavos han conocido.

(…) El aborto terapéutico exige una “buena” razón para obtener el “permiso” de abortar. Esto significa que debemos merecer el derecho de no tener niños. Al igual que antes seguimos siendo desposeídas de nuestro derecho a dar la vida o no. Obligar a una mujer a ser madre seguiría siendo un principio legítimo. Establecer algunas excepciones a esta regla no haría más que reforzar esta legislación. Esta nueva ley, por muy liberal que está sea, continuaría ocupándose de nuestro cuerpo. Ahora bien, el uso de nuestro cuerpo no debe ser reglamentado en absoluto. Nunca aceptaremos excepciones; restos de lo que los otros seres humanos disfrutan desde su nacimiento: la libertad de hacer uso de su cuerpo a su antojo.»

Simone de Beauvoir – Manifiesto de las 343; 1971.

“Me gustaría hacerles compartir una convicción de las mujeres. Pido disculpas por hacerlo ante una asamblea formada exclusivamente por hombres: Para ninguna mujer abortar es una cosa placentera”.

Simone Veil – Debate sobre la ley de interrupción del embarazo; 1974.

 A riesgo de poder acusarseme de trivializar esta lucha, recordando la tristísima voz popular: ninguna mujer nace puta, entonces: ninguna persona nace abortista (llega a serlo por la situación que vive). Si al abortar se niegan las posibilidades del no-nato, y si acostumbramos decir que la cosificación es una dialéctica, el infierno del Otro sartriano, el reino del YoEso de Buber, el obrar humano contra lo humano de Marcel, se puede afirmar que la mujer cosificada cosificará, como lo hace todo ser humano, agredida en su vida, actuará contra la vida (incluso arriesgando la propia). Solo un superhombre, o una supermujer, podrá en todo momento ofrecer la otra mejilla.

 Mas allá de las, aparentemente, irresolubles diferencias, están los infinitos, aunque efímeros, encuentros: «You may say, I’m a dreamer, but I’m not the only one».

Marcel – Ser y tener – La libertad como carencia (I)

Ser y tener. Gabriel Marcel
Ser y tener. Gabriel Marcel
9-788487-943317

Muchas personas entendemos la libertad como una independencia, una autonomía, Marcel, un filósofo poeta, nos contará otra forma de entender la libertad.

En la pag. 143 de esta edición de «Ser y tener», Marcel comparte su «Esbozo de una fenomenología del tener» – le precede su «Diario metafísico» (1928-1933). Advierte desde el inicio que no desea desarrollar sus ideas con rigurosidad metodológica. Incluso afirma que el desarrollo de su pensar puede ser inviable, no se trata entonces de desarrollar comprobaciones lógicas, su filosofía será directa. El método tiene lugar para guiarse uno mismo mediante comprobaciones en cada paso, y para educar y justificarse, pero cuando se desea saber o encontrar, se debe primero preguntar, reafirma aquí su pensamiento como un (neo)socratismo, y también se muestra agustiniano, la verdad se intuye, se reconoce por introspección, no mediante metodologías o técnicas, estas permiten desarrollar lo que uno en cierto modo ya sabe (o cree saber).

…germen de una filosofía que en gran parte me limito a presentir y que, si resultara viable, otros se encargarían probablemente de desarrollar… Puede ser también que algunos de los caminos cuyo trazado quisiera esbozar terminen en un callejón sin salida. {pág. 143}

Así como Heidegger retoma la pregunta por el ser, Marcel se preguntará sobre el tener (los usos del francés «avoir» son variados: tener, haber, conseguir, entre muchos otros). La primer pregunta es sobre una emoción ¿como la intuición, la conciencia, reconoce una emoción la primera vez que se presenta?

¿Como es posible, me preguntaba, reconocer un sentimiento que se experimenta por vez primera? … Yo constataba que esta identificación es tanto mas realizable cuanto mas asimilable sea el sentimiento a algo que tengo, como cuando digo que tengo un resfriado o el sarampión; se deja entonces cercar, definir, intelectualizar.

¿Es la primera emoción el sentir la existencia? Con la subjetividad naciente (pero no nacida), se logra la condición de posibilidad de la vida humana (Heidegger, Sartre). El sentimiento es más asimilable a algo que tengo, el recién nacido entonces llora porque no tiene mundo, desconoce lo que siente. El miedo es discernible porque es la emoción primaria (angustia, nada, muerte).

Odio y amor, injusticia y justicia, son mas complejos, sin embargo racionalizables. «…el amor puede revestir formas desconcertantes, que impiden a aquel que las experimenta el sospechar su verdadera naturaleza» {ibíd.} Hay en el objeto de la emoción, una relación afectiva que trae consigo el miedo porque la trama afectiva es irracional.

…cuanto menos localizable sea este sentimiento… menos podré reconocerlo. Pero ¿no existe precisamente, por oposición a estos sentimientos que tengo, una especie de trama afectiva que es de tal manera consustancial con lo que soy…? Así es como llegué a entrever, si no una distinción neta , por lo menos una especie de gama de matices, una degradación insensible entre un sentimiento que tengo y un sentimiento que soy. {pág. 144}

Contemporáneos, Marcel y Sartre se influyeron mutuamente, Sartre afirma en «El ser y la Nada» que la conciencia se afecta del sentimiento y que, en situación, el sentimiento es el modo en que la conciencia está siendo {esta obra de Sartre es de 1944, la conferencia que estamos estudiando es de 1933}. También podemos comparar con el pensamiento de Buber (Yo y Tu, publicado en 1923), y decir que el sentimiento que soy es muy cercano al reino del YoTu primordial, y que el sentimiento que tengo es también cercano al reino del YoEso.

Recordemos que la angustia existencial es un miedo sin otro asidero, identificación, que la libertad de mis posibles y la ausencia de mi definición, el infinito y la nada, lo inevitable del tener que escoger ¿es entonces asible? ¿cual es el objeto? El objeto es el proyecto, pero es un objeto en creación. Esta es la forma en la que, personalmente entiendo, lo que Marcel dirá más adelante, dirá que la libertad es una carencia, la necesidad de darse el ser, y como el ser humano requiere de Otro para definirse, esa carencia es una falta de autonomía. En la proyección de uno mismo como un Otro externo, que nos permite ver al Otro como necesitado, amenazante y providente, y en la introyección del Otro como parte de mi, está la oportunidad del encuentro, de darse el ser-con (nosotros), pero, una vez mas, esa oportunidad requiere de una carencia. 

Además el problema emocional suele ser que la conciencia no se limita al presente, se proyecta, luego es incierto porque el hombre no puede saber si se cumplirá su proyecto, y lejos de agotarse ¡esta incertidumbre lo acompañará en cada elección importante que le preceda! <> sentenciará Sartre.

En el fondo, todo se reduce a la distinción entre lo que se tiene y lo que se es… No puedo tener, en el sentido estricto de la palabra, mas que algo que posea una existencia hasta cierto punto independiente de mí… lo que tengo se añade a mí; más aún, el hecho de ser poseída por mí se añade a otras propiedades de la cosa… pertenecientes a la cosa que tengo… <> aquello de que puedo en cierto modo y bajo ciertos límites disponer… dicho de otro modo, <> en cuanto que puedo ser considerado como una potencia, como un ser dotado de poderes.

Continúa ⇒ 

Lo que mas aterra – (II) Del otro lado

¿Que es lo que mas nos aterroriza? Para Unamuno es la muerte, pero, siguiendo a Kierkegaard, es el gran secreto, todo lo conocido es, por tanto nuestra muerte no es, sí la muerte de otro, nuestra muerte es un secreto. La nada en cambio sí nos es conocida, así sea la nada del olvido, así Unamuno pide por la llegada al infierno, donde considera que su existencia continúa, antes que nada. Unamuno también habla de que el enajenamiento en vida es esta nada en vida.

Miguel de UnamunoMás de una vez se ha dicho que todo hombre desgraciado prefiere ser el que es, aun con sus desgracias, a ser otro sin ellas. Y es que los hombres desgraciados, cuando conservan la sanidad en su desgracia, es decir, cuando se esfuerzan por perseverar en su ser, prefieren la desgracia a la no existencia. De mí sé decir, que cuando era un mozo, y aun de niño, no lograron conmoverme las patéticas pinturas que del infierno se me hacían, pues ya desde entonces nada se me aparecía tan horrible como la nada misma. Era una furiosa hambre de ser, un apetito de divinidad como nuestro ascético dijo. {Del Sentimiento Trágico de la Vida – I El hombre de carne y hueso}

La muerte está en el no ser, al menos en el no existir. Julián Marías nos cuenta en su ensayo «Miguel de Unamuno» sobre como Unamuno ve este secreto, principal motor de la existencia.

Julián Marías - ensayo sobre Miguel de Unamuno
Julián Marías – Miguel de Unamuno – Grandes Ensayistas – EMECE Editores S.A. / Buenos Aires – 1953

Hablábamos antes de la… unicidad del pensamiento de Unamuno, de la reiteración constante del mismo tema. ¿Cuál es éste? … En su ensayo titulado «Soledad» publicado allá en 1905. Unamuno contesta a ella taxativamente: «Estoy convencido -dice- de que no hay mas que un solo afán, uno solo y el mismo para todos… la cuestión humana que es la mía y la tuya, y la del otro y la de todos… La cuestión humana es la cuestión de saber que habrá de ser de mi conciencia, de la tuya, de la del otro y de la de todos, después de que cada uno de nosotros muera» Y a esto que también llama «el secreto de la vida humana», lo caracteriza en otro lugar como «el apetito de divinidad el hambre de dios» {pág. 23; la última cita pertenece a «El secreto de la vida»}

Miguel de Unamuno - Ensayos (dos tomos) - Aguilar (España) 1966
Miguel de Unamuno – Ensayos (dos tomos) – Aguilar (España) 1966

Al comienzo de su libro «Del sentimiento trágico de la vida»… Dice allí: «El hombre de carne y hueso, el que nace, sufre y muere -sobre todo muere-, el que come y bebe y juega y duerme y piensa y quiere, el hombre a quien se ve y a quien se oye, el hermano, el verdadero hermano»… «Y este hombre concreto, de carne y hueso, es el sujeto y el supremo objeto a la vez de toda filosofía, quiéranlo o no ciertos sedicentes filósofos» {Ibid.}

Es inevitable, al menos para mi, recordar la celebre frase inicial de Albert Camus, si bien es de otro color, es inevitable encontrar en el Camus de «El mito de Sísifo» algo que nos habla también de un sentimiento trágico de la vida.

Albert Camus - El mito de Sísifo - Losada, 2006 - ISBN 950-03-9337-9
Albert Camus – El mito de Sísifo – Losada, 2006 – ISBN 950-03-9337-9

No hay mas que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio. Juzgar que la vida vale o no vale la pena de que se la viva es responder a la pregunta fundamental de la filosofía…. Y si es cierto, como quiere Nietzsche, que un filósofo, para ser estimable, debe predicar con el ejemplo, se advierte la importancia de esta respuesta, puesto que va a preceder al gesto definitivo. Se trata de evidencias perceptibles para el corazón, pero que deben profundizarse a fin de hacerlas claras al espíritu. {pág. 13}

No puedo no recordar orgulloso (e insignificante) a mi compatriota Jorge Luis Borges, quien pareciera desear trivializar el problema, y a la vez darle toda la atención de su pluma, girando hacia la hipotética tortura de una vida eterna en la que se agota el interés, en la que no hay metas. «¿De qué otra forma se puede amenazar que no sea de muerte? Lo interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a uno con la inmortalidad» {Borges, Biografía Verbal (1988) por Roberto Alifano, p. 23.}.  «Ser inmortal es baladí; menos el hombre, todas las criaturas lo son, pues ignoran la muerte; lo divino, lo terrible, lo incomprensible, es saberse inmortal» {Borges, El inmortal}. «La inmortalidad está en la memoria de los otros y en la obra que dejamos (…) Más allá de nuestra muerte corporal queda nuestra memoria.» {Borges, La inmortalidad, pág. 172} Si la filosofía nace del asombro, en la inmortalidad pareciera agotarse, el hombre escribe, crea, porque sufre, porque muere.{citas extraídas de este blog.}

Miguel de Unamuno – Teatro completo – (II) La esfinge

Miguel de Unamuno Teatro Completo 1959 Aguilar ediciones
Miguel de Unamuno
Teatro Completo
1959 Aguilar ediciones

Continuamos con nuestra lectura de «La esfinge», hablaremos ahora acerca de los personajes.

De Unamuno tenía el hábito de nombrar a sus personajes con nombres significativos respecto al rol que en la obra juegan, e incluso en su biografía. En la página 202 de Unamuno presenta sus personajes, comentaremos algunos de ellos.

«ÁNGEL, jefe revolucionario», sintetiza de Unamuno,  es el personaje central, y podríamos decir que es <<el mensajero>>, quien habla en nombre del absoluto. La trama se centra a tal grado en él que la obra puede incluso interpretarse como únicamente compuesta por diálogos internos, como la lucha de un único yo entre su héroe y su sombra, imagen y reflejo.

«EUFEMIA, su mujer», palabra de origen griego, eufemia es traducible aquí como «el bien hablar». Puede verse a este personaje como a la voz del yo que clama por gloria, el ser admirado por otros y por tanto dedicar la existencia a ellos. Como mujer, busca la gloria como sustituto del sentido de la vida ausente para una mujer sin hijos en el siglo XIX.

«FELIPE», de Unamuno llama a este personaje como al apóstol Felipe, puede vérsele como al amigo mas personal de Ángel, o como a la voz de la conciencia íntima de Ángel, su niño íntimo, quien a diferencia de Eufemia, pide a Ángel que busque la paz de la soledad, del retiro espiritual, para volver a amarse a sí mismo como principal paso en el camino de la vida, como condición necesaria de toda construcción auténtica con los otros.

«EUSEBIO», la palabra eusebio es traducible aquí como «el bien actuar (obrar o hacer)», es decir, «el piadoso». Arenga a Ángel en su compromiso de líder político. Eusebio es también doctor, en varios pasajes se alude o da la impresión de que es un médico alienista (psiquiatra) que tiene a Ángel, además, por paciente.

«La Tía Ramona», este personaje encarna el sentido común, lo que Sartre llamaría «lo que han hecho de nosotros».

«Joaquín», personaje cuyo nombre es el mismo del abuelo de Jesús de Nazaret. «José». «Teodoro». «Nicolás», el mensajero. «Martina», una de las hijas de Unamuno fue llamada Martina.

«La Esfinge» tiene lugar en una casa acomodada de la España de finales del siglo XIX.

El primer acto y escena comienza con Joaquín, Eusebio y Pepe adulando a Ángel por su oratoria, comparándolo con lo que se nos cuenta de los grandes oradores como Demóstenes, Cicerón, Mirabeau. Aquí las amistades aceptan, aprecian a Ángel mientras él se deje manipular, mientras sea para-otros lo que los otros aceptan y necesitan. Ángel por este camino descuidará su para-si, mientras que su en-sí, formado de acto (e historicidad) y posibilidad, le mostrará las alternativas de ser otro que el que se le reclama.

Los aduladores, manipuladores, le dirán que su discurso tuvo incluso aspectos religiosos, de sermón parroquiano, y lo festejan «…Trascendía a sermón, lo cual ayudó al efecto dando algo religioso al acto. El público está acostumbrado a los sermones… ¿Es que una revolución como la que preparamos no es acaso, un sagrado sacrificio?». Aquí Unamuno trae al lector lo cotidiano del político, o militante que toma las ideas como absoluto, y al ser estas indiscutibles, son prácticamente religión, divinas palabras.

Unamuno ambivalente, dialéctico, luego de la protesta contra el fanatismo político, reconoce algo espiritual en toda obra humana.

Nicolás — No; una revolución es una revolución, una ley natural, lo mas humano que cabe.

Joaquín — Y de puro humano, divino…

Lo que no se tiene para uno, es imposible darlo a otros, la riqueza debe empezar por el propio espíritu. Sin embargo Eufemia solo se concentra en la gloria.

Eufemia — La verdad es que ese pobre pueblo merece cualquier sacrificio.

Ángel — ¡Ah! ¿Conque tú crees que debo sacrificarme por el pobre pueblo?

Pepe — ¿Y que duda cabe?

Ángel — Es verdad; hay que servirle. ¡Pobre pueblo! No sabe lo que quiere, pero algo quiere, mientras que nosotros sabemos lo que queremos, pero no querer. ¡Libertad, libertad! ¡Santa palabra! Pero libertad efectiva, real. Cuando la herida se cicatriza cae la costra que la protegió en un tiempo; así ha de caer toda autoridad humana. Hay que disolver las formas muertas; hay que romper la costra en que se tiene encerrado al pueblo, y que irrumpa y se derrame su contenido. Fío  en él. Es muy grande el instinto de las muchedumbres cuando no se le bastardea con imposiciones de afuera. {pág. 206}

Ángel reclama para el pueblo lo que él mismo  no sabe conseguir para sí, es imposible dar lo que no se tiene, «de la nada <<la ausencia>> nada sale».

La herida del pueblo es su necesidad de ser conducido. El hombre político que no acepta el poder, el politólogo, es la figura de la costra que cae. También lo es el pueblo revolucionario que destrona a sus líderes, antes encumbrados, reclamando no tener aquello por lo que entregó el poder, Unamumo se fía de esta capacidad del pueblo. Esto es también una figura muy platónica, el pueblo está cegado dentro de la caverna y el politólogo les habla de la luz afuera. Por supuesto, también es el posterior «fanatismo» del que habló Marcel que se reivindica en el «grupo en fusión» sartriano.

A partir de ese momento, algo está dado que no es ni el grupo ni la serie, sino lo que llamó Malraux… el Apocalipsis, es decir, la disolución de la serie en el grupo en fusión. Y este grupo, aún no estructurado… totalmente amorfo, se caracteriza como lo contrario inmediato… en la relación serial… la unidad como Razón de la serie está siempre en otro lugar; en el Apocalipsis aunque la serialidad, se mantenga por lo menos como proceso en vías de liquidación -y aunque siempre pueda reaparecer-, la unidad sintética siempre está aquí… El barrio de Saint-Antoine siempre había vivido a la sombra de la Bastilla: ese castillo negro amenaza, no tanto como prisión, sino con sus cañones; es el símbolo de la fuerza represiva, como límite de un barrio miserable e inquieto… las posibilidades de autodeterminación en grupo le llegan al colectivo de las relaciones antagónicas que mantiene con un grupo ya constituido o una persona como representante de ese grupo.

{Extractos de la obra «Crítica de la razón dialéctica», Libro II, «del grupo a la historia», Jean Paul Sartre}.

Miguel de Unamuno – Teatro completo – (I) La esfinge

Miguel de Unamuno Teatro Completo 1959 Aguilar ediciones
Miguel de Unamuno
Teatro Completo
1959 Aguilar ediciones

Miguel de Unamuno escribió a su amigo Ángel Gabinet en Noviembre de 1898, acerca de que estaba inmerso en la creación de «La esfinge», misma que aún no se llamaba así.

Esta obra en tres actos comienza con cuatro epígrafes {pág. 202}, el primero en sánscrito puede traducirse como «Lo que será, será».

El segundo epígrafe, escrito en griego clásico, puede traducirse como «Y aquí estoy yo, pobre infeliz, por el solo hecho de demostrar la virtud».

De Unamuno fue profesor de griego clásico en la universidad de Salamanca, a tal nivel erudito que se le considera, junto con Heidegger,  una de las eminencias históricas de la lengua.

La cita pertenece a «Prometeo encadenado» de Esquilo, quien vivió alrededor del siglo quinto antes de cristo.

Óleo en lienzo de Dirck van Baburen: Prometeo encadenado por Vulcano.

Prometeo es un titan, los titanes fueron arrojados del Olimpo al Tártaro, junto a Cronos (el Saturno romano), por Zeus. Prometeo regresa del Tártaro y roba el fuego para entregárselos a los hombres. Zeus en castigo lo encadena en el Cáucaso.

La simbología  en este mito podría entenderse de manera similar al mito de Adán y Eva y el árbol del conocimiento del bien y del mal, en el sentido en que, tanto el árbol como el fuego, representan la ciencia tomada como fin y no como medio. Hecho que continuamente se encuentra en las obras existencialistas de de Unamuno, BuberMarcel, y Heidegger.

El tercer epígrafe es una cita en inglés de «Hamlet» de Shakespeare. «To die, to sleep…; to sleep… perchance to dream!», donde Hamlet piensa que morir es dormir, incluso tal ves soñar.

¡Morir…, dormir! ¡Dormir!…¡Tal vez soñar!. ¡sí, ahí está el problema!. ¡Porque es forzoso que nos detenga el considerar qué sueños pueden sobrevenir en aquel sueño de la muerte, cuando nos hayamos liberado del torbellino de la vida!. ¡He aquí la reflexión que da existencia tan larga al infortunio!…..

Dormirse en el olvido del recuerdo - Miguel de Unamuno
Dormirse en el olvido del recuerdo – Miguel de Unamuno

Es bien conocido en el pensamiento de de Unamuno sus menciones al deseo de desnacer, tanto en la poesía como en sus ensayos:

«Y he aquí por qué cuando me pongo a soñar en una experiencia mística a contratiempo, o mejor a arredrotiempo, le llamo al morir desnacer, y la muerte es otro parto.» {Extracto de «Como se hace una novela» – Miguel de Unamuno}.

De Unamuno también a menudo cita o  continúa el pensamiento de Agustín de Hipona para quien simplemente somos sueños de dios.

 El cuarto y último epígrafe forma parte de la obra.

Joaquín. —  Hay que proponerse en la vida algún fin.

Angel — ¿Para qué, si el universo no lo tiene?

Joaquín. —  ¡Para dárselo!

(La Esfinge. Acto II, escena IX.)

Lecturas existenciales donde la vida del hombre no tiene otro significado distinto del que él mismo le da, son mas directas que otras. Recordemos, por ejemplo, este extracto de la famosa conferencia de Sartre:

…hemos respondido a cierto número de reproches concernientes al existencialismo. Ustedes ven que no puede ser considerada como una filosofía del quietismo, puesto que define al hombre por la acción; ni como una descripción pesimista del hombre: no hay doctrina más optimista, puesto que el destino del hombre está en él mismo; ni como una tentativa para descorazonar al hombre alejándole de la acción, puesto que le dice que sólo hay esperanza en su acción, y que la única cosa que permite vivir al hombre es el acto. En consecuencia, en este plano, tenemos que vérnoslas con una moral de acción y de compromiso.Sartre «El existencialismo es un humanismo».

Pero podríamos leer también en este diálogo a Hegel y su dialéctica del espíritu, en la que el ser humano aporta al despertar de la conciencia del espíritu, pensamiento que, ya en nuestros días, desarrollará también  Teilhard de Chardin.

Continuación.

Sartre – Situaciones VIII – (I) Alrededor del 68

Sartre nos lega sus escritos destinados al «tribunal Russell» en los años de la guerra de Vietnam. Inicia con un título desalentador, en el desaliento téngase en mente por favor, sus escritos de anciano, la vida de un hombre no debe juzgarse por un momento aislado, todo escrito, mas aun sartreano o existencial, debe considerarse en su debido contexto, y teniendo en mente su fin, para luego ir por la totalidad del inmortal genio humano, del ser eterno, inasible e inanalizable, sí, pero de otro modo, falso.

I – Vietnam: El tribunal Russell. «Ya no hay diálogo posible».

Jean Paul Sartre. Situaciones VIII - Alrededor del 68. Editorial Losada, 1973
Jean Paul Sartre. Situaciones VIII
Alrededor del 68.
Editorial Losada, 1973

Sartre sufrió como nosotros la falacia de las guerras pacificadoras. Las sufrió como intelectual compro-metido y desmedido, admirable. Tras una serie de medidas bélicas para con Vietnam del Norte, Sartre escribe:

(…) Se hace siempre la guerra para finalizar en la paz, ciertamente. En una paz. La que se elige. En una negociación. La que se quiere imponer … el problema es saber si se busca un reglamento que se supone aceptable por el adversario, o si se quiere destruir a ese adversario para que sus sucesores acepten un reglamento que sea una capitulación. El gobierno de Washington declara: esperamos un signo de buena voluntad de Vietnam del Norte. Es necesario traducir: Esperamos que el Vietnam del Norte se confiese vencido, nos suplique que detengamos los bombardeos, y prometa no ayudar mas al Vietcong. Esto quiere decir claramente que los norteamericanos están a favor de la extensión de la guerra. {pág 9}

Sartre dijo a sus compatriotas, que no eran ni víctimas ni verdugos, pero decididamente cómplices de los horrores de las colonias africano-francesas. Recordémoslo:

Ustedes saben bien que somos explotadores. Saben que nos apoderamos del oro y los metales y el petróleo de los «continentes nuevos» para traerlos a las viejas metrópolis. No sin excelentes resultados: palacios, catedrales, capitales industriales; y cuando amenazaba la crisis, ahí estaban los mercados coloniales para amortiguarla o desviarla. Europa, cargada de riquezas, otorgó de jure la humanidad a todos sus habitantes: un hombre, entre nosotros, quiere decir un cómplice puesto que todos nos hemos beneficiado con la explotación colonial. {Sartre, prólogo a «Los condenados de la tierra» (publicado en 1961)}

Con la nación norteamericana, Sartre tampoco tiene reparos.

…Los bombardeos del Norte han dado a la guerra que los norteamericanos hacen allá un nuevo rostro. Representan un salto cualitativo irreversible en la medida en que ponen brutalmente en evidencia, el hecho de que las estructuras de la sociedad norteamericana reposan sobre el imperialismo.(…)

…no hay discusión posible si no se acepta… poner en cuestión el conjunto de la política imperialista norteamericana, no solamente en el Vietnam sino también en América del Sur, Corea, en todo el tercer mundo, y si no se admite que esa política no podrá cambiar sino con el trastocamiento completo de las estructuras de la sociedad americana. {pág. 11}

El Otro le pide a Sartre que vaya a EEUU y sea portavoz de «los condenados de la tierra», pero él, en este momento de su vida, descree del diálogo con ellos (debido a la manipulación mediática).

– ¿A quien hubiera hablado? Hubiera dado cinco conferencias en una universidad, ante un público de estudiantes y profesores. No habría existido verdadero diálogo, puesto que ellos hubieran estado,en principio, de acuerdo conmigo… Ciertos diarios habría publicado extractos de mis conferencias… Eso no produciría ni una arruga en la superficie de la vida política norteamericana. {pág 12}

Más aun, Sartre no quiere darles la oportunidad de tergiversar, él hubiera ido a criticarlos sin piedad, pero supone que los medios lo hubieran manipulado a sus fines.

En revancha se podría decir que Sartre… ha venido a discutir serenamente, en los Estados Unidos,  entre personas que se respetan… Eso es lo que no quiero.{pág 12}

Sartre habla de la débil izquierda norteamericana y hace una comparación con lo que vive en su propia patria.

…La verdad es que no puedo ayudarla [a la izquierda] en absoluto. Porque su peso político… es nulo. No es ella quien impondrá las negociaciones. No más que la izquierda francesa, que siendo mucho más fuerte no obtuvo por sus presiones la negociaciones en Argelia… Nosotros hemos hecho a menudo manifestaciones callejeras. Era nuestro papel porque eramos franceses. Eso sirvió para mostrar a los argelinos que, con todo, existía una minoría francesa que reconocía la guerra como inicua. {pág. 12}

Léase bien, Sartre no descree de las protestas, sino que reconoce que la izquierda francesa no ganó poder político, los poderosos siguen siendo los mismos a pesar de ceder en parte a las protestas. En lo personal, mi héroe de la libertad del sujeto, escribe algo que debe haberle dolido muchísimo.

Objetivamente, nuestra posición no ha servido de nada.

Y entonces Sartre gira a ver al norteamericano comprometido, se identifica.

En Estados Unidos…hay una oposición…cada vez más activa. En cierto modo lo que ella hace en la lucha contra el racismo demanda mucha más fuerza y coraje que lo que la guerra en Argelia demandaba a los franceses… Ir al sur para participar en una marcha de los negros, es arriesgarse al linchamiento y a la muerte… Sin embargo, hay cada vez más blancos dispuestos a correr ese riesgo. Ponen en eso una valentía sorprendente {pág. 13}

Al respecto véase, por ejemplo: El informe Kliksberg – Martin Luther King

Cuando el otro es cosa, no hay simpatía (sufrir juntos) con él, ni siquiera es él, es eso, debe haber un sacrificio, un holocausto, un escándalo que despierte al hombre de la cosificación.

…obligan a los norteamericanos a tomar conciencia de la opresión racista que existe en su propio país. Centenares de negros han sido muertos en el Sur. Cosa que nunca ha hecho mucho ruido. Pero que una joven blanca, que un pastor blanco sean asesinados, es otra cosa. Recuerden ustedes que la gente ha sido muy sensible en Francia, al testimonio de Henri Alleg, porque era el primer francés del cual sabíamos con certeza que había sido torturado. La gente había terminado por aceptar que un musulmán lo fuera, pero eso lo afectó de alguna manera. {pág 13}

Así, la manipulación de la opinión pública y la distancia con el sufrimiento del otro, forjan una ética, una cultura de la cosificación, el otro no tiene derechos si los que ejercen el poder ven esos derechos como un riesgo para sus fines.

Al poder, la hipocresía del discurso opuesto también le viene bien cuando a sus fines contribuye, en esos momentos las cosas se vuelven personas, los líderes se reconocen como fascistas, se desconocen antiguos aliados. Esto está por todas partes en la historia, y en alrededor del 68 a Sartre no se le escapó.

Martin Buber – Yo y Tu – (II) Los mundos de las palabras primordiales.

Martin Buber - Yo y tú
Martin Buber – Yo y tú
ISBN: 978-950-602-024-8
Ediciones Nueva Visión

Continúo comentando esta obra de Martin Buber. En esta ocasión no haré citas explícitas del texto. En la entrada previa hice un comentario sobre como me cuesta aceptar, compartir, las ideas de Buber respecto de que quien cosaliza el mundo, experimenta el mundo pero no incide en él, y en ese comentario recordé a Stalin por dar un ejemplo.

Desde la cosificación extrema de un Stalin o un Bush, a nuestra cosalización cotidiana del «fulano no cambia mas», típica de la mayoría de nosotros, pone al otro en nuestra presencia trayendoló desde el pasado, yo mismo dejo de tener presente porque le amputo al otro su libertad impidiéndome toda construcción de un nosotros con él, él es esa cosa en mi pasado que afirmo sigue siendo en el «presente», un presente de objetos, de cosas, de cárceles. Solo tengo presente en tanto que tengo pasado, al cosalizar al otro me cosalizo a mi mismo. Al dirigirme al otro en tanto que cosa, el otro me cosaliza a su vez, si yo soy su juez, él no va a verme sino como eso, como la cosa que hace de él otra cosa.

Las cosas (el Ello, el Eso) están en el tiempo y en el espacio, no el Tu.

No podemos modificar el mundo, Buber coincide con los presocráticos, el ser es eterno e inmutable, los medios técnicos no pueden modificar el mundo. El existente, el hombre, puede tomar una aparición (fenómeno) y jugar con sus posibles, pero no puede modificar al mundo, modifica su visión de los daseins de su cuerpo metafísico, el dasein y el mundo son inmutables porque son (el ser es eterno e inmutable), si Genet o cualquier otra persona se cosaliza porque le cosalizan, escoge hacer de sí lo que han hecho de él, en ese acto no aniquila su libertad, es el sujeto el que decide enajenarse, su libertad, su ser arrojado al mundo es inalcanzable para el cosificante. Stalin, Mao, no modificaron al mundo, cosificaron al otro, modificaron su otro de los sujetos inasibles que le eran contemporáneos.

Lo que se puede modificar es la actitud de uno frente al mundo. Si no hubiera hombre podría haber mundo, pero no existirían todas las distinciones, características que los hombres le atribuyen, estas son del sujeto que cosifica al otro que es el mundo.

La cosificación no modifica al mundo sino a nosotros. Entre los existentes  el cosificante es cosificado porque la relación es dialéctica, la paranoia (de Stalin por ejemplo) da al otro un poder de hacer daño que el paranoico mismo pone en el otro. Cuando paranoicamente le doy al otro el poder de dañarme, le estoy cosificando, luego Stalin asesina a Trostki y a cuarenta millones mas, «el gran cosificador» sentenciará Sartre.

Esta dialéctica no es exclusiva de la paranoia, sino que es propia de la dialéctica del poder y de la cosificación, el poder no se posee, el poder se ejerce (Foucault), el poder, el otro lo ejerce porque yo se lo permito.

Recordemos a Epícteto, el estoico ¿el esclavo? Quien se eligió estoico, libre, imperturbable en su ataraxía, aún ante un otro que le cosaliza al extremo de condenarlo a suplicios. Epícteto para su amo es inalcanzable en su ser, su proyecto le pertenece solo a él.

Epicteto
Epicteto http://www.biografiasyvidas.com

«No se sabe cuándo ni cómo fue llevado esclavo a Roma. También su nombre resulta incierto; posiblemente debe de ser un mero adjetivo («apéndice»). Su señor Epafrodito, a quien algunos juzgan el famoso liberto de Nerón, le desfiguró con fría crueldad. Mientras el instrumento de tortura iba torciéndole la pierna, Epicteto se limitó a decir al verdugo: «¡Mira que la romperás!» Y cuando, finalmente, la pierna llegó a quebrarse, Epicteto añadió sencillamente: «¡Ya te lo dije!»» {fuente: http://www.biografiasyvidas.com}

Recordemos a Viktor Frankl quien durante su «vida» en el lager buscó los momentos para recomponer su tesis, misma que reflejó y legó a la humanidad. Él no fue imperturbable, caló muy hondo en él el lager, aun así continuó ejerciendo la libertad de no permitirles hacerlo cosa. Al recomponer su tesis en el lager continuó dándose un proyecto auténtico, personal.

En el extremo y volviendo a Buber, las acciones del mundo del Ello, para Buber tienden a la nada porque se alejan del ser.

Martin Buber – Yo y Tu – (I) Los mundos de las palabras primordiales.

Martin Buber - Yo y tú
Martin Buber – Yo y tú
ISBN: 978-950-602-024-8
Ediciones Nueva Visión

Aún auxiliado por mis apuntes de clase, imagino todo un desafío intentar una reseña o difusión de un texto tan sintético como lo es «Yo y tú» de Martin Buber. Sin embargo no puede estar ausente en un blog sobre filosofía de la existencia. La dificultad no reside en que su escrito sea difícil, sino en que él habla a la intuición, no a nuestro intelecto y en que quien les escribe no es un poeta. Buber es en muchos modos, un poeta, un romántico.

En «Yo y tu» se materializa uno de los hitos dialécticos de la filosofía de la existencia. Buber hace síntesis de múltiples pensamientos y abre un mundo de posibilidades a los que le sucedieron y sucederán.

Este escrito de Buber es una síntesis lingüística del diálogo del hombre en su mundo y que puede hacer su mundo, y presenta una cierta cercanía al pensamiento de Wittgenstein, recordemos que para el último los límites de mi mundo son los límites de mi lenguaje. Si bien el «Tractatus logico-philosophicus» (Wittgenstein) es de 1921. Opino que hasta la aparición de «Yo y tú» en 1923, se había hablado muchas veces de la dualidad de la realidad humana, de la bipolaridad del yin y el yang, del bien y del mal, en muchísimas formas ¿Pero se había hablado anteriormente, de la estructura del lenguaje humano con la claridad de Buber en esta obra?

La actitud del hombre es doble en conformidad con la dualidad de las palabras fundamentales que pronuncia.

…Una de las palabras primordiales que pronuncia es el par de vocablos Yo-Tú.

La otra palabra primordial es el par Yo-Ello, en el que El o Ella pueden reemplazar a Ello.

De ahí que también el Yo del hombre sea doble. Pues el Yo de la palabra primordial Yo-Tú es distinto del Yo de la palabra primordial Yo-Ello.

Las palabras primordiales no significan cosas, sino que indican relaciones.

Cuando se dice Tú, se dice al mismo tiempo el Yo del par verbal Yo-Tú.

Cuando se dice Ello, se dice al mismo tiempo el Yo del par verbal Yo-Ello.

… Cuando el hombre dice Yo, quiere decir uno de los dos.

… También cuando dice Tu o Ello, está presente el Yo de una u otra de las palabras primordiales.

Ser Yo y decir Yo son una sola y misma cosa. Decir Yo y decir una de las palabras primordiales son lo mismo. {pág 7}

El Yo-tu toma al tu como un absoluto, sin analizarlo, como un secreto kierkegaardiano. El Yo del Yo-ello, es el yo que cosifica.

Las palabras no significan cosas sino relaciones, las cosas no existen antes que sean dichas las palabras, las palabras solo pueden enunciarlas un existente, un ser consciente.

Cuando se dice Yo-tu se dice con el ser entero, porque  al cosificar al otro me mutilo a mi mismo. Cuando se dice Yo-ello, jamás se dice con el ser entero.

Buber además es un hombre de una fe profundísima, un idealista en el sentido platónico, el mundo de las ideas está en la tierra si logramos alcanzarlo detrás del mundo del Ello.

La vida de los seres humanos no se reduce solo al círculo de los verbos transitivos. No existe únicamente en virtud de actividades que tienen por objeto alguna cosa. Percibo algo. Tengo la experiencia de algo. Imagino algo. Quiero algo. Siento algo. La vida del ser humano no consiste solamente en todas estas cosas y en otras semejantes a ellas.

Todas estas cosas y otras similares a ellas dan fundamento al reino del Ello. {pág 8}

Recordemos que los verbos transitivos son aquellos que requieren o aplican a un objeto directo. El ser humano no se limita solo a esto, los verbos transitivos solo dan vida al mundo del Ello.

Ser, estar, existir, pertenecen al mundo del Tu. Cuando se dice Tu, no hay un objeto.

La fe de Buber le hace ver y abogar por una verdad superior al mundo de los medios o instrumentos.

Cuando se dice Tú, quien lo dice no tiene a ninguna cosa como su objeto. Pues donde hay una cosa, hay otra cosa.

Cada Ello confina con otros; Ello no existe sino porque está limitado por otros Ello. Pero cuando uno dice Tú, no tiene en vista cosa alguna. Tú no tiene confines.

Cuando se dice Tú, para quien lo dice no hay ninguna cosa, nada tiene. Pero sí está en una relación.

… las experiencias solas no acercan el mundo al hombre. Pues el mundo que ellas le ofrecen solo está compuesto de esto y de aquello, de El y Ella, y de Ella y Ello.

El Tú no tiene confines en Buber, es la libertad en Sartre, el reconocer al otro como un ser libre. Cuando digo Tu, no poseo sino una relación con el Tu, y no hay otra cosa.

Las cosas son experimentables, la experiencia no acerca el mundo al hombre. Si cosifico afuera, cosifico adentro.

Para Buber, el mundo del Ello es de las percepciones y deseos, en este mundo el hombre no puede incidir en el mundo porque no está en relación con ningún Tu, lejos del Tu eterno (dios), sino que está en una relación de instrumentalidad, de técnica (G. Marcel) aplicada a los objetos del mundo para un determinado fin.

Nada cambiará con agregar a las experiencias «externas» las experiencias internas, según una distinción de ningún modo eterna, que nace de la necesidad que la especie humana tiene de hacer menos agudo el misterio de la muerte ¡Cosas externas o internas, no son sino cosas y cosas!

(…) El hombre que tiene experiencia de las cosas no participa en absoluto en el mundo.

(…) El mundo no tiene parte en la experiencia. Se deja experimentar, pero  no compromete su interés . Pues esta experiencia nada le agrega y nada agrega a la experiencia.

En cuanto experiencia, el mundo pertenece a la palabra primordial Yo-Ello. {pág 9}

El mundo de la relación, en contraste al mundo de la experiencia, comprende el mundo de las relaciones de la palabra primordial Yo-Tu.

La relación de diálogo puede establecerse en tres esferas.

  • Esfera de la relación dialógica con la naturaleza.

La relación es allí oscuramente recíproca y está por debajo del nivel de la palabra. Las creaturas se mueven en nuestra presencia, pero no pueden llegar a nosotros, y el Tú que les dirigimos llega hasta el umbral del lenguaje. {pág. 9}

Aquí Buber usa creaturas (creación) y no criaturas con completa intensión. Para Buber, la relación con la naturaleza es intuitiva, por debajo del lenguaje, en oposición a Wittgenstein quien afirma que no hay mas allá del lenguaje y que los límites de nuestro mundo son los límites de nuestro lenguaje.

  • Esfera de la relación dialógica con los hombres.

La relación es allí manifiesta y adopta la forma del lenguaje. Allí podemos dar y aceptar el Tú. {pág. 9}

En esta esfera si coincide con Wittgenstein.

  • Esfera de la relación dialógica con las formas inteligibles.

Aquí la relación es con dios, con los universales y absolutos, con el ser.

La relación está allí envuelta en nubes, pero se devela poco a poco; es muda, pero suscita una voz. No distinguimos ningún Tu, pero nos sentimos llamados y respondemos, creando formas, pensando, actuando. {pág. 10}

Disenso: En lo personal, no encuentro satisfacción, saciedad en las palabras, a mi juicio, idealistas de Buber ¿A caso Stalin, Mao, Pol Pot, Hitler no incidieron en el mundo? Espero al avanzar en la lectura que Buber me conteste. Sí coincido en que no hubo, ni podrá haber, relación dialógica alguna de estos perversos con el mundo.

En las tres esferas, gracias a todo lo que se nos torna presente, rozamos el ribete del Tú, eterno, sentimos emanar un soplo que llega de Él; cada Tú invoca el Tú eterno, según el modo propio de cada una de las esferas. {pág 10}

Árbol de la Vida, de Athanasius Kircher (1602-1680).
Árbol de la Vida, de Athanasius Kircher (1602-1680).

Lo inefable, el aliento del Tu eterno absoluto. Buber muestra su profunda influencia religiosa, uno lee en él la influencia de los cabalistas.

Buber toma por primer ejemplo a la relación y experiencias de/con la naturaleza tomando en consideración un árbol.

Puedo ver solo a la ciencia en la naturaleza como lo hace el darwinismo. Puedo escribir un poema sobre el árbol, recuérdese, por ejemplo «Mi planta de naranja lima», «Platero y yo».

Yo-Ello Yo-Tu

Puedo encararlo como a un cuadro: pilar rígido bajo el asalto de la luz, o verdor resplandeciente, suavemente inundado por el azul argentado que le sirve de fondo.

… como movimiento: red hinchada de vasos ligadas a un centro fijo y palpitante, succión de las raíces, respiración de las hojas, incesante intercambio con la tierra y el aire… y ese oscuro crecimiento mismo.

Puedo clasificarlo en una especie y estudiarlo como un ejemplar típico de su estructura y de su modo de vida.

Puedo deshacer su presencia y su forma al extremo de no ver en él mas que la expresión de una ley… o de leyes de acuerdo con las cuales se produce la mezcla y la disociación de las materias vivientes.

Puedo volatizarlo y conservarlo sólo como un número o una pura relación numérica.

… también puede ocurrir que por un acto de voluntad o por inspiración de la gracia, al considerar este árbol yo sea conducido a entrar en relación con él. Entonces el árbol deja de ser un Ello. Me ha captado la potencia de su exclusividad.

Para esto no es necesario que yo renuncie a alguno de los modos de mi contemplación. Nada hay de lo cual deba hacer abstracción para verlo, nada debo olvidar de lo que sepa. La imagen y el movimiento, la especie, el ejemplar, la ley y el número se hallan indisolublemente unidos en esta relación.

(…) El árbol no es solo una impresión, ni un juego de mi imaginación, ni un valor dependiente de mi estado de ánimo. Erige frente a mí su realidad corporal, tiene que ver conmigo como yo con él…

(…)¿Tendrá este árbol una conciencia, y una conciencia similar a la nuestra? De tal cosa no tengo experiencia. Pero, porque aparentemente tenéis éxito al hacerlo con vosotros mismos, ¿volveréis a intentar la descomposición de lo indescomponible? Quien se hace presente a mí no es el alma ni la dríada del árbol, sino el árbol mismo.

{pág: 10, 11}; La dríada es una ninfa de los bosques.

Obsérvese que la concepción del árbol en la esfera del Tú es muy cercana a la de la idea-de-árbol de Platón. También Buber antecede a Sartre en la crítica acérrima al psicologismo analítico freudiano, ese es el sentido de su frase «Pero, porque aparentemente tenéis éxito al hacerlo con vosotros mismos, ¿volveréis a intentar la descomposición de lo indescomponible?«. Buber no considera exitoso el análisis del espíritu o consciencia porque al «desgarrar» el ser se le oculta, en términos de G. Marcel, el análisis freudiano es una técnica que nos oculta el ser (la conciencia sartreana). La conciencia humana es indescomponible, indivisible al igual que las ideas platónicas.

Solo mediante «desgarraduras», el análisis puede hacer de esa unidad una multiplicidad y en el acto cosifica.

La esfera del Yo-Tu con otras personas comienza así:

Cuando colocado en presencia de un hombre que es mi Tú, le digo la palabra fundamental Yo-Tú, él ya no es una cosa entre las cosas, ni se compone de cosas.

… no es El o Ella, limitado por otro El o Ella, un punto destacado del espacio y del tiempo y fijo en la red del universo. No es un modo del ser perceptible, descriptible, sino que… el es Tú y llena el horizonte. No es que nada exista fuera de él; pero todas las cosas viven a su luz. {pág 11}

Otro ser humano al que me dirijo sin cosificarlo, lo llamo Yo-Tu, nosotros (Marcel), pero no hay separación, de otro modo sería Yo-Ello. Al cosificar se anulan los valores, cosificar es inético, en el Yo-tu se alcanza el horizonte de los valores.

Entiéndase bien, Buber, Marcel, Sartre, no niegan la importancia, la necesidad, del análisis, sino que afirman que todo análisis debe volver al ser. Fenomenológica-mente (Husserl) podemos decir que uno debe reducir el fenómeno sobre el que intenciona hasta el ser que está detrás.

La melodía no se compone de sonidos, ni el verso de palabras ni la estatua de líneas, sino que solo mediante desgarraduras se llega a hacer de su unidad una multiplicidad: lo mismo acontece con el hombre a quién digo Tú. Puedo abstraer de él el color de su cabello, o el color de sus frases, o el matiz de su bondad. Estoy sin cesar obligado a hacerlo. Pero cada vez que lo hago deja de ser Tú. {pág. 11}

Buber también precede a la afirmación sartreana de que la conciencia nihiliza el tiempo.

Y así como la plegaria no tiene existencia en el tiempo, sino el tiempo en la plegaria; así como el sacrificio no tiene existencia en el espacio, sino el espacio en el sacrificio, y que invirtiendo esta relación se llega a abolir la realidad, así también no descubro al hombre que llamo Tú en ningún tiempo y en ningún lugar determinado. Puedo situarlo en ellos, estoy sin cesar obligado a hacerlo, pero desde entonces es un El o Ella, esto es, un Ello, y no mas mi Tú. {pág. 12}

Groseramente, puedo decirles que Buber habla, por ejemplo, de ese juicio tan común: «fulano no cambia mas». De como nuestros juicios cosifican al otro en un momento anulando su libertad de ser otra cosa que lo que hicieron de él (Sartre), de lo que nosotros hacemos de él al cosificarlo. En este momento les pido que recuerden a «San Genet, comediante y mártir» o bien, que agenden su lectura.

Respecto de la alegoría del «espacio en el sacrificio», me recuerda a Kierkegaard cuando comenta la angustia de Abraham ante la orden, del absoluto, de sacrificarle a Isaac, que infinita debe haber sido para Abraham la subida del monte Moriah.

Sí, es claro para mí que este tipo de relaciones son indescriptibles, solo el poeta puede acercarse y aún así jamás alcanzarla. Es que aunque se tuvieran las palabras, la relación no se agota en un momento del tiempo, ni en nuestra percepción finita, limitada que de esta tenemos, y se requeriría la eternidad. Eso es completamente intuitivo.

El otro a quien me dirijo puede no escucharme en la misma esfera en la que le hablo, no cambiará para mi la relación con él Tu eterno. Pensemos en un padre amoroso que habla a un dolido y egoísta hijo adolescente. Pensemos en un Buber cuya existencia cesó en 1965 y a quien intentamos decirle Tu ahora.

La relación puede existir aunque el hombre a quien digo Tu no lo sepa en su experiencia. Pues el Tu es más que lo que el Ello conoce. El Tú es mas activo y experimenta más de lo que el Ello tiene conciencia. Ninguna decepción tiene acceso aquí: aquí está la cuna de la vida verdadera.

 Continuación.

Albert Camus – Se acabaron las promesas

Albert Camus - Summa literaria Editorial Seix Barral, S. A. 1985. ISBN 84-322-2404-9
Albert Camus – Summa literaria Editorial Seix Barral, S. A. 1985. ISBN 84-322-2404-9

Camus en «La peste» da un límite a las promesas. Nietzsche dijo: «El hombre es el único ser que hace promesas«, para Camus las promesas se justifican en la certeza del futuro, soberbia negación de la mortalidad y nuestros límites. Pero cuando la peste amputa la fe de la vida, cuando un hombre se encuentra con que es un número mas esperando su turno. Las promesas se acaban.

Quienes ejercían una profesión la cumplían al mismo ritmo que la peste, meticulosamente y sin estruendo. Todo el mundo era modesto. Por vez primera los separados no tenían empacho en hablar del ausente, en adoptar el lenguaje de todos, en examinar la separación  bajo el mismo ángulo que las estadísticas de la epidemia. Los mismos que, hasta entonces, habían sustraído ferozmente su sufrimiento a la desgracia colectiva, aceptaban ahora la confusión. Sin memoria y sin esperanza, se instalaban en el presente. En verdad, todo se hacía presente para ellos. Y hay que decirlo claro: la peste había arrebatado a todos la capacidad del amor y hasta de la amistad. Pues el amor exige un poco de futuro y, para nosotros, no había sino instantes. {pág 186}

Sartre – El ser y la nada – La pregunta por el ser

El ser y la nada

El ser y la Nada de Jean-Paul Sartre

Para Heidegger, y luego Sartre, previamente al conocimiento, hay una intuición preontológica. Aquí lo ontico es el ente, y lo ontológico es el sentido del ente. La conciencia llega al conocimiento de manera espontánea, la conciencia intenciona sobre el flujo puro de lo vivido (Husserl), pero intencionar sobre un flujo no es intencionar sobre un objeto.

El ser de los entes no es un ente (Heidegger).

El ser del fenómeno es el ser-en-si (para mi).

El ser de la conciencia es el ser-para-mi.

El cogito (conciencia) prerreflexiva es espontaneidad pura.

En «Ser y tiempo» de Heidegger, la pregunta por el ser  (de mentalidad y respuesta teorética, esto es, dirigida a la teoría y no a la práctica)  define, enmarca el mismo. La pregunta por el ser requiere intuición del ser. Y de esa comprensión brota la pregunta por el sentido del ser. No lo sabemos, lo experimentamos. Pero al preguntar por el ser, implicamos un conocimiento de este, es un conocimiento postulado.

Citemos a un antecedente de estos existencialistas, Agustín de Hipona nos habla así del tiempo.

¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé. Lo que sí digo sin vacilación es que sé que si nada pasase no habría tiempo pasado; y si nada sucediese, no habría tiempo futuro; y si nada existiese, no habría tiempo presente. Pero aquellos dos tiempos, pretérito y futuro, ¿cómo pueden ser, si el pretérito ya no es y el futuro todavía no es? Y en cuanto al presente, si fuese siempre presente y no pasase a ser pretérito, ya no sería tiempo, sino eternidad. Si, pues, el presente, para ser tiempo es necesario que pase a ser pretérito, ¿cómo deciros que existe éste, cuya causa o razón de ser está en dejar de ser, de tal modo que no podemos decir con verdad que existe el tiempo sino en cuanto tiende a no ser?. (Confesiones, XI, XIV, 17).

Carlos Astrada nos enseña sobre Heidegger y el tiempo del dasein.

El hombre, como bien lo ha visto Heidegger, existe como teorético de la práctica. El mundo de los fenómenos es inferido, no por la consideración teorética, sino por la actividad manual del hombre…. Este hombre, que por una necesidad pragmática existencial, infiere y toma posesión de las cosas de su ámbito inmediato es el homo economicus de Carlos Marx. Éste nos ha dicho en una de sus Tesis sobre Feuerbach (la II), que ‘la cuestión de saber si el pensamiento humano puede llegar a una verdad objetiva no es una cuestión teórica, sino práctica. Es en la práctica donde tiene el hombre que probar la verdad de su pensamiento’.

Heidegger coincide con Marx asimismo en su modo de comprender la historia. Para este último la existencia humana es una existencia primariamente histórica. La historia es, según Marx, una categoría fundamental del ser humano. No otra es, ya en una dimensión estrictamente ontológica y definida, la interpretación de la historia –de la vida histórica- que nos ofrece Heidegger. La historia no es para éste una cosa pasada… El sentido esencial de la existencia humana es su historicidad. Por historicidad debemos entender un sujeto que no es acósmico, sin mundo, sino histórico por participar de la historia, en tanto es un ente que está en el mundo.

Carlos Astrada, ‘Martín Heidegger’, Buenos Aires 1970, pgs. 163-174

El tiempo pertenece a la conciencia reflexiva, reconoce haber estado ahí antes o poder estar ahí mañana.

El ser es indeterminado, por tanto positivo, no está en relación a nada. En lingüística el predicativo oculta y debela al ser. Ente es el verbo participio del verbo ser.

Es, en «el hombre es libre», revela el ser como acto puto.

Está, en «el hombre está libre», revela un estado transitorio del ser.

Existir, en «el hombre existe», revela el ser como existencia.

El no, en «el hombre no es libre», es un circunstancial que niega el ser, o estar o existir, que es el verdadero núcleo.

Las tres formas del verbo ser, tanto en francés (être) como en alemán (sein),  se escriben con la misma palabra. Esto no es así en español, tampoco en griego, de ahí uno de los principales motores de la pregunta por el ser en la filosofía occidental.

Aquí se revela la influencia de Russell y Wittgenstein en Heidegger, Sartre y tantos otros existencialistas. Ya que es Wittgenstein uno de los principales filósofos del lenguaje, «los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo» sintetizó, y Russell, su maestro, lo es en filosofía analítica. Es relevante para la meta de este blog, que mencionemos que Wittgestein fue lector y deudor declarado de Agustín de Hipona, otra piedra basal de la filosofía de la existencia.

La pregunta por el ser es velada por el existente que la realiza, la comprensión del ser solo es irreflexiva. Los juicios, la conciencia judicativa, las conductas judicativas:

La oración es la forma gramatical del juicio.

La pregunta es analítica, de-constructiva de la intuición.

El hombre trae la destrucción. Para la destrucción debe haber una dirección, una conciencia que actúa y otra conciencia que contempla el antes y el después, se necesita de un ser histórico que capte el ser como una existencia destructible. Luego de mi acto destructivo «eso» va a dejar de ser (de existir). Pero para eso debo negar, nihilizar el resto, y en ese acto le damos la posibilidad de no-ser.

Este es también el origen de las medidas de protección. El hombre se para positiva o negativamente frente a la fragilidad. La guerra es la toma de lo que es para el otro para hacerlo mio, destruyendo lo que es para el otro.

Aquí surge el ser-con sartreano, conocido también como empatía. Que es el observar la destrucción de lo que es-para-otro, e intuir lo que esa destrucción significa para ese otro. Para Sartre y  Camus, matar al otro, negar al otro, es negarse a si mismo, elegir la muerte del otro es un suicidio.

El no-ser es transfenoménico, al igual que el ser, lo que se destruye se convierte en no-ser. La pregunta es un intento de destrucción.

La ausencia, en Sartre, se encuentra en una totalidad del ser donde hay un ser que está en otro lado. Una forma sobre un fondo. Que es forma y que es fondo depende de mi atención, la atención secunda a la intención. La ausencia está dada como debiendo estar en ese ‘marco de referencia’, en ese fondo, donde falla la aparición como debiendo aparecer. Ese ‘debiendo aparecer’ la conciencia lo logra nihilizando las otras porciones del ser, es por este mecanismo que el ser se debela y se oculta. La nihilización del fondo es intuitiva, innata si se prefiere, y hace una totalidad indefinida a todo lo que no es lo ausente, el fondo es resultado de una atención secundaria, posterior a la intención.

«Es Pedro que se destaca como nada sobre el fondo del café», esto que ejemplifica Sartre, es tan cotidiano que pasa desapercibido. Usted y yo buscamos la cosa X que se nos extravió y me pregunta «¿Cristian está X ahí? No, no hay nada» respondo, una vez mas el lenguaje es el medio por el que se estudia al ser.

Que Pedro no este en el café, hace a su ausencia parte del café y la ausencia de Pedro es la condición de nihilización del café. Este es un ejemplo donde el ser se descubre como la condición de posibilidad de todo lo que es (Sartre coincide con Heidegger, «Ser y tiempo»). Esto es una relación sintética, es una síntesis de nada con nada, de la búsqueda en un fondo que nihilizo, mas se aparece la ausencia de lo que busco luego para mi no hay nada. La ausencia es una doble nihilización.

«Pedro no está» es un juicio positivo, afirma la existencia de una ausencia, el «no» no es una categoría, es una afirmación. Aquí Sartre se distancia de Aristóteles para quien la negación es una categoría, para Sartre la negación es un juicio positivo.

Para Sartre, la ausencia es una circunstancia, las categorías dependen de los accidentes, no de la sustancia. Las categorías aristotélicas tienen ser, Sartre las ve como conciencia-de-ser, todo juicio es positivo.

El no-ser, no es la contradicción del ser, sino su contradictorio. El no-ser viene después del ser, no puede ser un polo dialéctico porque no se dan al mismo tiempo.

Aquí leemos el reflejo de la reflexión sartreana de actos presentes en toda consciencia humana. La comprensión del ser es preontológica e intuitiva. Está presente en cada uno de los proyectos de la realidad humana y es la condición de posibilidad de todo proyecto.

Digresión: La palabra aporía, no solo tiene la connotación despectiva actual, aporía también significa reflexión.

El dasein es también, la nada, la angustia, y el vacío de conciencia. Frente a la nada se produce la angustia, la defensa es nihilizar la nada: «no es nada». La defensa es darse límites, darse un piso y un techo.

La realidad es sintética, el hombre percibe una síntesis del mundo, la realidad es un infinito de fenómenos que asedian  la conciencia humana.

Para Heidegger toda determinación del mundo, es un trascender del dasein haciéndolo para si. Trasciende la nada de su conciencia (Sartre), su vacío. Solo en la nada puede ser trascendido el ser, este es el modo en que llevamos el mundo a la conciencia.

La realidad humana surge como emergencia del ser en el no-ser.

La angustia es la conciencia de la doble nihilización, la de la conciencia y la del resto de las apariciones que no escogí. La nada rodea al ser y el ser expulsa la nada. Aprehendemos lo que es el mundo. Toda negación se funda en la ausencia de lo que de otro modo afirmaría, la nada es la negación en acto, la nada lleva al ser en su propio meollo.

Las islas del no-ser son la forma negativa en que definimos el ser. El no-ser es la plenitud de lo que no-es, de todo lo que excluyo al definir negativamente. Lo que es incluye a lo que no-es.

Sartre llama a esto negatidades, la «ausencia de Pedro en el café», no negatividades. Solo el ser puede nihilizarse, la nada posee un ser prestado, la nada es si da, el ser debe ser activo para nihilizar. El ser que trae al mundo la nada, nihiliza la nada en su ser, el ser por el cual la nada viene al mundo es su propia nada.

Lo que percibo es lo que busco o es nada. Con la interrogación el hombre introduce la nada como posibilidad de respuesta.

El ser no puede engendrar sino el ser.

Albert Camus – Inmoralidad, negación y conformismo

Albert Camus - Summa literaria. Editorial Seix Barral, S. A. 1985. ISBN 84-322-2404-9
Albert Camus – Summa literaria. Editorial Seix Barral, S. A. 1985. ISBN 84-322-2404-9

Camus en «La peste» nos habla de como las personas nos despreocupamos de otros para revalorarnos a nosotros mismos, para negar nuestra mortalidad desnudada en la mortalidad del otro. Al igual que Martin Niemöller, Camus también habla de las injusticias que cometemos al mirar a un costado cuando los afectados no somos nosotros.

Hasta entonces la peste había hecho muchas más víctimas en los barrios externos, mas poblados y peor acondicionados que los del centro … En el interior mismo de la ciudad tuvieron la idea de aislar ciertos barrios particularmente atacados, sin dejar salir de ellos mas que a los hombres cuyos servicios eran indispensables. Aquellos que habitaban allí consideraron esta medida como una mala pasada especialmente dirigida contra ellos, y, en todo caso, pensaban por contraste en los habitantes de otros barrios como hombres libres. Estos últimos, en revancha, en sus momentos difíciles, encontraban consuelo en imaginar que había otros menos libres aun que ellos. <<Siempre hay alguien más prisionero que yo>>, era la sola frase que resumía, por entonces, la única esperanza posible. {pag 178}

 Albert Camus – Se acabaron las promesas

Lo que mas aterra- (I) El secreto

¿Que es lo que mas nos aterroriza? Para Kierkegaard lo que mas nos aterra es el secreto, el secreto se manifiesta como los mandamientos de un absoluto, como el secreto de la muerte que es el cese de la existencia, y el secreto es también  la nada, ya que es incomparable al resto de lo que percibimos.

Kierkegaard vivo - Una reconsideraciónEn «Kierkegaard vivo, una reconsideración», Derrida escribe sobre Kierkegaard y cita pasajes de la biblia y explica la ética del sacrificio de lo mas amado al absoluto propio, Abrahan sacrifica a Isaac a su propio Dios, el acto es inético, es el secreto de ese Otro que me ordenó, que me da terror y al que le sacrifico lo que me es mas caro.

En la realidad de muchos de nosotros, es el Otro enorme y difuso, que comparten los fóbicos sociales, al que se les sacrifica la libertad.

Bongo

En Bongo de José Pablo Feinmann, Feinmann nos cuenta su punto de vista de la nada en un cuento de terror ¿es la nada una cosa aterradora?

Ignoro que había o que no había en la habitación… Tal vez hubiera muchas cosas. Pero al que entraba en ella le era imposible relacionar una con otra. Perdía ese poder que le permite a un hombre percibir el mundo y no un caos. Un orden y no su ausencia. Eso, creo, es la nada. Cuando ya ningún objeto del mundo remite a otro, el mundo desaparece. Lo que resta es la locura. O la muerte. {pág. 80}

Lo que mas aterra – (II) Del otro lado.

Sartre – Fenomenología en «El ser y la Nada»

El ser y la nada El ser y la Nada de Jean-Paul Sartre

Nuestro pensamiento reduce el ser a sus fenómenos. Huimos así  de la dualidad y de la dialéctica.

Para Spinoza todas las apariciones son manifestaciones de un único ser (monismo) que se manifiesta en concretos y abstractos.

En el acto de reducir el ser al fenómeno, negamos la dualidad de la potencia y el acto, todo es acto porque pensamos o vemos el acto en la cosa. No meditamos que lo que pensamos ya es en acto en ese instante.

Tomemos los colores por ejemplo. Si Newton no hubiera ido por el ser detrás de la aparición del fenómeno de determinado color, jamas hubiera llegado a la conclusión de que la cosa percibida refleja la luz de la frecuencia que observamos, si algo «es rojo» es porque refleja la luz de la frecuencia que el ojo humano interpreta como rojo, al mismo tiempo que atrapa el resto de las frecuencias. Pero el ser rojo nunca estuvo en la cosa observada.

Reemplazamos la realidad por nuestra objetivación de ella. Si bien la serie de apariciones de la cosa no depende del sujeto, la manera en que el sujeto es afectado por la cosa es una plenitud subjetiva e intuitiva. Si el fenómeno puede trascenderse es porque el sujeto lo trasciende a una idea o concepto, el acto de trascender no es razonado, es una capacidad adquirida por practica.

El dualismo del ser y el parecer, cambia por el dualismo del finito y el infinito, y del infinito en lo finito, la apariencia es solo un aspecto de lo que es. El problema reside en que la aparición no remite al ser, sino a si misma y a una secuencia de apariciones.

Es Husserl quien que propone la reducción eidética y fenomenológica, de los fenómenos, hasta alcanzar la esencia (el ser). Heidegger posteriormente nos enseño que la realidad humana es óntico-ontológica, de un ente (existente) en relación con otros entes. Y que la existencia es el modo en que el ser es en el tiempo, mas allá de que está fuera del tiempo.

Para Sartre tanto existiresencia son apariciones, aun yo soy para mi mismo una aparición. El existente (hombre) es el que categoriza, sin él no existen las categorías, el objeto (nuestra objetivación) no enmascara ni devela el ser, el ser es el ser de todas las cualidades del objeto.

El objeto no remite al ser como a una significación: sería imposible, por ejemplo, definir el ser como una presencia, puesto que la ausencia devela también al ser, ya que no estar ahí es también ser. El objeto no posee el ser, y su existencia no es una participación en el ser, ni ningún otro género de relación. Decir es, es la única manera de definir su manera de ser; pues el objeto no enmascara al ser, pero tampoco lo devela… No lo devela, pues sería vano dirigirse al objeto para aprehender su ser. Lo existente es fenómeno, es decir que se designa a sí mismo como conjunto organizado de cualidades. Designa a sí mismo, y no a su ser. El ser es simplemente la condición de todo develamiento: es ser-para-develar y no ser develado. ¿Qué significa, entonces, ir más allá hacia lo ontológico, de que habla Heidegger? Con toda seguridad, puedo ir más allá de esta mesa o esta silla hacia su ser y formular la pregunta por el ser-mesa o el ser-silla. Pero, en este instante, desvío los ojos de la mesa-fenómeno para encarar el ser-fenómeno, que no es ya la condición de todo develamiento, sino que es él mismo algo develado, una aparición; y que, como tal, tiene a su vez necesidad de un ser fundándose en el cual pueda develarse.

El existente es un fenómeno con sus cualidades, que designa así mismo y no a su ser y que es nuestro objeto y objetivación de la cosa real.

El ser es simplemente la condición de posibilidad para la develación, es ser-para-develar, es fundamento de toda develación.

Solo podemos decir cosas acerca de los fenómenos, el ser,  para nosotros, es una revelación que se nos da por intuición, igual que nuestra existencia. Pero en tanto que objeto que construyo para mi. Y este ser no es el ser condición de toda aparición, porque el ser del fenómeno no puede reducirse al acto (fenómeno ) de ser. Pero el ser solo se puede mostrar desde los fenómenos.

El fenómeno exige un ser transfenoménico que obtengo por intuición y que es mio (intui: mio, dentro). El ser es un misterio, solo se puede intuir. El fenómeno es en tanto que apariencia, es autosuficiente, su ser real es inasible e incognoscible, pero le doy el ser transfenoménico intuitivamente (el acto puro de ser). La condición del fenoménico y del ser transfenoménico soy yo.

La filosofía nos ha dado otras definiciones de ser y aparecer que también descansan en la subjetividad. Para Berkeley si algo se me aparece es: «ser es ser percibido» (Esse est percipi). Definición que nos golpea cuando escuchamos a los físicos cuánticos proponer que la materia se organiza cuando la vemos, porque el principio de incertidumbre implica que las partículas están ahí y que no puedo observarlas sin determinarlas (alterarlas) para mi.

 La reducción fenomenológica de Husserl, es adoptada como método por Sartre (Heidegger, Ponty), pero Sartre (y Ortega y Gasset) no aceptan el noema (noumeno) irreal, que es el final de la reducción fenomenológica de Husserl, para él este noema irreal solo puede ser al ser percibido.

Sartre ofrece una filosofía de choque: las cosas me aparecen y yo las cosifico, el fenómeno es tal como aparece, esto es, el ser de la aparición es su aparecer, ser es ser percibido.

Sartre dedica el Capítulo III al percipi (el ser percibido) y al percipere (el acto de percibir).

Toda metafísica supone teoría del conocimiento, luego el ser del conocimiento debe existir. Sartre realiza una nueva crítica: toda teoría del conocimiento debiera determinar previamente el ser del conocimiento.

En la concepción «ser es ser percibido», la pareja percipi-percipere no tiene ser que funde su conocimiento. El ser del conocimiento escapa al percipi y al percipere porque debe ser transfenoménico.

Si hay un ser detrás de la percepción, es el ser del sujeto (para objetivarlo debo desterrarme al infinito, nos dice Marcel). Es un ser que requiere conciencia de ser, de autoconocimiento.

Uno de los principales antecedentes es la «Teoría de los colores» de Goethe, que en principio no fue aceptada por la comunidad científica, para Goethe las leyes de óptica de Newton están comprendidas en la psicología del color donde la luz contiene la oscuridad, porque la luz la tengo yo.

Un sujeto cognoscente debe ser conciente, la conciencia pre-reflexiva es la intuición de las cosas. Estas se dan «a la reflexión que las conoce como habiendo estado allí antes», la cosa intuida estuvo en potencia antes que en acto. Toda conciencia es conciencia-posicional-de-un-objeto-trascendente, la conciencia no tiene contenido. Las cosas no son, son-para-mi en tal situación o con tal intensión.

La intensionalidad del sujeto en primer lugar es intuitivo-afectiva respecto de su objeto, luego puede conocer el objeto.Es postulado sartreano que la conciencia es autoconsciente: La conciencia-de-mesa es consciente de ser conciencia-de-mesa, de no ser conciencia-de-sí, no sería conciencia.

En Sartre, la consciencia, la existencia y la intuición son postulados, nos son dados.

¿Qué significa conciencia de conciencia? Saber es tener conciencia de saber, reflexionar es conocer la conciencia, el conocimiento es el reflejo de la conciencia.

Las parejas sujeto-objeto, cognoscente-conocido, despiertan interrogantes: ¿Cual es el cognoscente del cognoscente? ¿cual es el final de la reflexión? Existiría una regresión al infinito o el absurdo de una conciencia no-consciente.

La conciencia no es dual (sujeto-objeto), la relación es inmediata, no cognitiva, de si a si. La conciencia es conocimiento de si.

La conciencia inmediata no permite afección ni juicios, está dirigida hacia el exterior, hacia el mundo. La conciencia perceptiva es cuando hago de la aparición un objeto mio, solo a partir de entonces es posicional de mi mismo.

Podemos «saber sin saber que se sabe», puedo mirar mi estuche de cigarrillos y contarlos sin haberlo abierto para ello y sin meditar haberlos contado. Podemos realizar las operaciones aritméticas simples sin que tengamos conocimiento que explique como hacerlo. Se tiene conciencia de las abstracciones que hacemos aunque no las sepamos explicar.

El tomismo (Tomas de Aquino) habló de niveles de intelecto. Sartre habla de niveles de conciencia volviendo a Agustín (de Hipona), el tomismo de los niveles de intelecto es empirista, centrado en un sentido interno (vis cogitativa) ordenador de las percepciones.

La conciencia en Sartre, supera e incluye al sentido interno: si me avergüenzo, puedo elegir aceptar o rechazar esa emoción. La conciencia reflexiva pone como su objeto a la conciencia refleja. La conciencia reflexiva es un sujeto que cosifica a la conciencia refleja.

La conciencia inmediata (intuitiva) no permite juicios.

La conciencia afectiva (perceptiva) hace de la aparición un objeto mio.

La conciencia refleja, refleja la intuición de lo percibido.

La conciencia reflexiva, pone el intelecto sobre la conciencia refleja.

Es precondición de objetivar al Otro, haberme cosificado a mi mismo antes. El primer Otro que conozco soy yo mismo reflejado.

En pedagogía, Piaget es deudor de Sartre, quien lo es de Victor Hugo y Rousseau. Antes de ellos no se trataba de lo que pudiera aprehender, sino de lo que se nos «pudiera meter en la cabeza».

La conciencia no-tética, o intuitiva, o no-posicional, es espontanea y no analítica, también es llamada cogito-prereflexivo.

La conciencia tética, o posicional, o intencional, de objeto, es analítica, es la conciencia en acto con intención cognitiva.

La conciencia reflexiva, es una conciencia posicional que toma por objeto a la propia conciencia, y es no-reflexiva, es decir, no-posicional, no-tética, respecto de si misma, y es el cogito cartesiano.

La aritmética simple puede realizarse en la conciencia no-tética, si me preguntan que hago, reflexiono y contesto «estoy contando». El cogito-prereflexivo es la condición de posibilidad del cogito, del pensar.

Para Sartre, a diferencia de para Husserl, la intención no es condición de la conciencia, hay una conciencia anterior. Si bien toda conciencia existe como conciencia de existir. La primer conciencia es no-posicional (de) si. Sartre escribe el «de» entre paréntesis manifestando que responde a una construcción gramatical, un accidente omisible, y no a una visión epistemológica.

La conciencia (de) si no es una nueva conciencia, un placer o un dolor no puede existir sin una conciencia anterior , inmediata, luego viene la intención, la reflexión, el ser de la intensión no es posición, sino conciencia. La conciencia no-tética es condición del conocimiento.

El placer no puede distinguirse de la conciencia (de) placer, este es el modo mismo de su existencia.

La esencia de una cosa es la ordenación sintética de todas las posibilidades de ser de esa cosa, y esa ordenación sintética la hago yo cuando me objetiviso. La conciencia no es posible antes de ser, su existencia implica la esencia, tanto para Sartre como para Husserl esto es una necesidad de hecho, un postulado. No hay ley de la conciencia, no hay otra motivación de la conciencia diferente de si.

Para Sartre (también de Unamuno, Marcel) dejar de existir no es dejar de ser, nunca se deja de ser. El proyectar de la conciencia es la proyección en el ser,  la obra de la conciencia, luego «el ser, es el único verbo que no tiene renuncia».

Para Descartes, las ideas innatas están en el hombre precediendo a toda experiencia, son un postulado. Para Sartre la conciencia es la condición de posibilidad del conocimiento, del pensar y del existir. Se opone también a Scoto, es el sujeto el que relativisa al objeto. La conciencia es un universal no-sustancial, una pura apariencia, un vacío total, un vacío existencial precisamente porque el mundo está afuera, su aparición no depende de nada, es un absoluto.

La subjetividad es una conciencia que se complejisa al incorporar conocimiento. Luego un fenómeno se reconoce «como habiendo estado allí antes». Y el pensar se reconoce también como un recordarse en un momento anterior. El pensamiento no se capta sino como habiendo ya pensado. Ni siquiera lo podemos captar en el momento en que estamos pensando. Un ser, el que sea, escapa al conocimiento que le funda, no tiene explicación racional, es captado en tanto que es. El ser es irreductible. La conciencia sintetiza, el pensamiento analiza. La conciencia llega al conocimiento de manera espontánea.

El sujeto o agente es pasivo respecto de las posibilidades dadas por la estructura; es activo respecto de las decisiones que tome. El sujeto es doblemente relativo. Relativo a la actividad del Otro. Relativo a la existencia que padece, a la situación no resuelta que soporta.

Continúa en La pregunta por el ser.

Rodolfo Walsh – Operación Masacre

Operación MasacreOperación Masacre by Rodolfo Walsh

View all my reviews

 

Walsh recorre victima a victima y trata de acercar la victima al lector. Sabido es que miles, millones, no son tan dolorosos como uno cercano, nos duele mas Ana Frank, Primo Levi, si nos duelen los millones, es porque conocemos los testimonios pervivientes. Walsh claramente lo sabe.

…alegre conversador, que en un momento estará jugando con entusiasmo al chinchón, y en otro momento muy distinto -cuando ya todos temen- roncará apacible y estruendosamente en un banco de la Unidad Regional… como si no tuviera el mas leve peso en su conciencia. En estas dos instantáneas puede resumirse toda la vida de un hombre {pág 41}

«Me voy a trabajar»{pág 54} Walsh nos habla del descamisado, descorazonado trabajador de humildísima condición que muere solo por mala suerte, la misma mala suerte que lo arrojó a una existencia de no ser hombre, de no ser nada, porque ser hombre es tener algo (parafraseo a Primo Levi), y que muere por no ser nadie o peor que eso, porque en su pasado fue delegado, que cosa mas execrable (el delegado sindical) para los miedosos que ostentan el poder.

 

Sartre – «La esperanza ahora»

27267865

Sartre poco antes de fallecer nos habla revelando una faceta que solo unos pocos habrán advertido antes de estos diálogos.

«En cualquier caso, el mundo parece feo, malo y sin esperanza. Eso es la desesperación tranquila de un viejo que morirá dentro de él. Pero justamente resisto y sé que moriré en la esperanza, pero esta esperanza hay que fundarla. Hay que intentar explicar por qué el mundo de ahora, que es horrible, es sólo un momento en el largo desarrollo histórico, que la esperanza ha sido siempre una de las fuerzas dominantes de las revoluciones y de las insurrecciones, y explicar cómo siento todavía la esperanza como mi concepción del porvenir.»

En tanto que la voluntad se basa en la esperanza, o fe, y en tanto a que la historia la hacemos los humanos. Concluyo, con Sartre, en que debe haber una teleología de la dialéctica de la historia universal (humana). Afirmar estas palabras en el mundo posmoderno de la proclamada «muerte de los grandes relatos», es pararse frente al cañón. Pues bien, yo me paro junto a ellos, si no es necesario, es suficiente con que sea posible, conque exista la posibilidad, para que hagamos cada uno nuestro esfuerzo. Nuestra libertad es la condición de posibilidad para una teleología, es nuestro deber buscarla. Junto a Marcel y Buber y de Unamuno, se trata de buscar lo que nos une y proclamarlo.

Camus, una persona cuya pena-de-la-estupidez-humana puede leerse en cada página, dijo lo siguiente:

«…los hombres que decidieran oponer, en toda circunstancia, el ejemplo a la fuerza, la prédica a la dominación, el diálogo al insulto y el honor a la astucia; que…no aceptaran mas que los deberes y las cargas que los ligan a otros hombres; que se dedicaran a orientar la enseñanza en primer lugar, la prensa y la opinión después…esos hombres no actuarían utópicamente, sino…de acuerdo con el realismo mas honesto» {Albert Camus «Ni víctimas ni verdugos», selección de escritos publicados en el diario Combat.}

 

 

 

 

 

 

Oscar Masotta – «Lecturas de Psicoanálisis: Freud, Lacan»

Lecturas de Psicoanalisis: Freud, LacanLecturas de Psicoanalisis: Freud, Lacan by Oscar Masotta

View all my reviews

 

Me cuesta creer lo que para Freud y otros es cierto, Masotta explica acerca de la madre fálica, del miedo a lo ausente, de su relación con el narcisismo y la homosexualidad. Para mi siguen construyendo un castillo de naipes porque encadenan deducciones y se auto-conceden aciertos. Para mí es como explicó Russell sobre que es posible hacer cualquier proposición verdadera desde una falsa. Pero esto no es lógica, es análisis de fenómenos sin la necesaria reducción fenomenológica. Giran en torno al inconsciente y no buscan el ser detrás del inconsciente, la consciencia, el inconsciente freudiano es el fenómeno que debe reducirse a su ser que es la consciencia.

Afirman «los sueños son una puerta al inconsciente» ¿por que entonces el sueño muchísimas  veces está constituido de cosas sobre las que la consciencia intencionó en la vigilia? Aquí puede verse como puede juzgarse al inconsciente freudiano un fenómeno (una manifestación, accidente, o aparición) de la consciencia.

Sartre en «El ser y la nada» hizo una pregunta que sintetizo ¿si el terapeuta al acercarse a lo reprimido sufre la respuesta del paciente, como puede haber respuesta consciente de lo que supuestamente es inconsciente? Coincido con Sartre, no hay inconsciente, todo es consciente, podemos hablar de consciencia reflexiva o irreflexiva, pero todo es consciente.

 

 

 

Zygmunt Bauman – Amor líquido

Amor Líquido: Acerca de la fragilidad de los vínculos humanosAmor Líquido: Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos by Zygmunt Bauman

View all my reviews

 

Chateamos y tenemos ‘compinches’…van y vienen…pero siempre hay alguno en linea para ahogar el silencio con ‘mensajes’…pertenecemos al habla, no a aquello de lo cual se habla.Las palabras…ya no luchan por consignar el viaje de descubrimiento espiritual ‘la introspección es reemplazada por una interacción frenética y frívola que expone nuestros secretos mas profundos al lado de nuestra lista de compras’… (pag 54)

Bauman (pág 54) circunscribe la elección de tener hijos en la actual ‘sociedad líquida’. Los hijos son un ‘objeto de consumo’ emocional que supera el ‘beneficio’ de cualquier otro producto. Pero es el bien mas oneroso y que produce mayor dependencia en una sociedad líquida donde los fuertes vínculos que limiten la libertad son vistos negativamente. Simple y brillante.

Para la moderna racionalidad líquida del consumo…Las ataduras y los lazos vuelven ‘impuras’ las relaciones humanas, tal y como el vencimiento instantáneo del objeto consumido…tarde o temprano ‘los deseos y anhelos que escapan a las garras de la racionalidad’ harán su regreso… exigirá que el racionalismo consumista sea privado…de su actual soberanía sobre…los móviles y estrategias…de vida del ser humano (pág 70)

 

 

 

 

 

 

 

Noam Chomsky – Estados fallidos

Estados fallidos: El abuso de poder y el ataque a la democraciaEstados fallidos: El abuso de poder y el ataque a la democracia by Noam Chomsky

View all my reviews

Chomsky comenta porque Bush negó el derecho internacional de no ser torturado y su opinión sobre el porqué de Guantanamo. Y al respecto de la paz afirma:

el estado forajido impone reglas que aseguran son justas, practicas y viables. en las que ellos tienen el control ya que los estados que no pueden competir deben subordinarse. asi el tratado de no proliferación es mas una herramienta de coerción política que la utopía proclamada del bienestar asegurado por los países. con capacidades atómicas (pág 222)

 

 

Primo Levi – Trilogía auschwits

Trilogía de Auschwitz: Si esto es un hombre / La tregua / Los hundidos y los salvadosTrilogía de Auschwitz: Si esto es un hombre / La tregua / Los hundidos y los salvados by Primo Levi

View all my reviews

 

 

Habrá muchos…que piensen…’todo extranjero es un enemigo’…esta convicción…yace…como una infección latente; se manifiesta solo en actos intermitentes e incoordinados, y no están en el origen de un sistema de pensamiento. Pero…cuando el dogma inexpresado se convierte en…premisa, al final de la cadena está el Lager (los campos)…mientras el concepto subsiste las consecuencias nos amenazan (Pág. 27)

 

Sartre – San Genet comediante y martir

 

sartre-san-genet
San Genet Comediante y Martir de Jean Paul Sartre ISBN: 950-03-7816-7; Losada

San Genet Comediante y Martir by Jean-Paul Sartre 

Debe considerarse al Otro como un Yo, esto nos lo enseña Buber en Yo y Tu. Años después nos lo enseñó Sartre ¿Por que no puedo usar al Otro? ¿que tiene de malo? Muchos dicen por ejemplo, «no siempre es trata, la prostitución también se elige». Lo malo es la posibilidad de aprovecharse de la otra persona que vive algo parecido o igual a la situación que explica Sartre.

…Precisamente porque está solo y es miserable, porque se muere de deseo de que le ayuden, de que le consuelen, porque siente una necesidad fabulosa de recibir amor, decide darlo: adora a todos esos niños bellos y crueles que le agobian sin misericordia, se somete servilmente a sus deseos, se hace libertino; ya que no puede ser el amado, será el amante. Extraña operación en la que la humildad mas abyecta disfraza el orgullo mas intratable, en la que el amor mas completo enmascara el odio mas disolvente…

Quien usa a una persona así, actúa  sádicamente, un acto cuyo sentido se niega a fin de permitir su gozo y por medio de mala fe se justifica frente a los otros.

…en los ojos sumisos busca el reflejo de su libertad infinita…

Se habla muchas veces de «Crisis moral» ¿Cual es la novedad? No es exclusiva de pobres y políticos y existe desde siempre. Quizás no robemos, pero desde no ceder el asiento en colectivos a otros que lo necesitan o manosear a quien no quiere, hasta darle $30 a una mujer a cambio de una felación sin importar el estatus social en que nosotros mismos la colocamos (¡una felación sí, un beso no! ¡que asco y por favor que no me vean!). En sí el egoísmo causa el sadismo de deshumanizar al otro. Incluso cuando pensamos en votar, pensamos en quien es bueno para nosotros como clase o incluso casta.

Genet es un preso, ladrón y pederasta marginado. Sin embargo, cuidado, muchos de nosotros solemos encerramos de manera similar y escapamos a nuestro propio encierro-solipsista de igual modo.

…si se entrega todavía a sus fantasías infantiles es porque ahora les asigna una función precisa en sus ceremonias de sacrificio: esos deseos ingenuos le ayudan a sufrir. los acaricia porque sabe que no pueden ser satisfechos, se abandona a los sueños porque el despertar es tanto mas penoso cuanto mas dorados han sido. Para él su valor consiste en que lo hacen sensible al horror de su situación. Sin esas reivindicaciones violentas y espontaneas tal vez se acostumbraría a su miseria, se revolcaría en ella, se resignaría…

La marginación es el modo actual de nihilización del hombre, represión, carcel y manicomio, como mas tarde contará Foucault. Sartre en los 50s escribe esta crítica.

…En otro tiempo se cortaba tranquilamente la lengua a los delincuentes; nuestra sociedad mas humana, les deja los órganos de fonación con la condición de que no los utilicen ¿Por qué ha de hablar Genet? Sólo puede mentir o engañar porque es un ladrón… Si infringe la prohibición no hay que escucharle… engañaría o lo que es peor comprometería… se mantendrían con él… relaciones de reciprocidad… (pag 336)

Sartre insiste, Genet se ve a si mismo como esa cosa, ese ladrón, que los demás ven, no se ve persona sino cuando hay milagros, así él no tiene historia.

Para que un hombre tenga historia es necesario que evolucione… que su vida dependa de todo y de él solo, que descubra en ella en el momento de morir un producto vulgar de la época y la obra singular de su voluntad

Su vida se le ha impuesto solo puede reflexionar.

 

 

 

Victor Hugo: Bug-Jargal

Victor Hugo (1876)Bug-Jargal de Victor Hugo

«Bug-Jargal» publicada en 1826 desde las primeras páginas aborda el tema de la esclavitud.

–¡Vaya!…es de esperar que el capitán no recordará los infortunios de los «ex negros», sin su correspondiente disertacioncita sobre los deberes que impone la humanidad…Ni mas ni menos que en el club Massiac.
— Mil gracias por su aviso, Enrique, que me libra de ponerme en ridículo… {pág. 23}

Bug-Jargal
Victor Hugo – «Bug-Jargal». Editorial Club Internacional del libro. ISBN: 84-8265-109-9

La esclavitud es horrible, mas horrible puede ser la vileza de perder la dignidad aprovechando oportunidades ignorando a los pares, recuérdese a los nazis manipulando a los judíos en los guetos y lagers para introducir jerarquías a sus fines. Hugo dice lo siguiente sobre un esclavo bufón:

si la esclavitud no deshonra, la domesticidad envilece. Mucha compasión me inspiraban aquellos desgraciados negros. Pero aquel…solo me inspiraba desprecio {pág. 25}

El esclavo de espíritu educado y libre a pesar de las cadenas físicas, ve la belleza en un otro fuera de su clase, comprende que el otro es hecho por los demás hasta que comienza a hacerse así mismo, y esa niñez provoca ternura. Y es que si el esclavo pudiera quitarla de allí ¿podría entonces esa persona devolverle el ser para otro que fue, solo con la mirada?

¿y por que habrías de desechar mi amor…Tu eres blanca, y yo soy negro; pero el día necesita unirse a la noche para producir la aurora y el crepúsculo de la tarde, que son mas hermosos que él {pág 34}

Cuando el joven amo salva al insolente esclavo, quien cantó la romanza a su prometida, este le pregunta por qué, para qué le salva. El amo luego lo medita.

…en cuanto a la singular reconvención que me había dirigido…solo anunciaba en aquel desgraciado un cansancio de la vida que su suerte hacía muy natural {pag. 41}

Estalla la revolución, los esclavos matan a los amos. El joven amo, el héroe, es atrapado por los revolucionarios y amenazado con una horrorosa muerte. Los nuevos amos necesitan algo en que creer ¿y ahora ellos quienes son? ¿Son algo mas que los homicidas vengadores? Dan una misa muy propia, luego de la misa, el líder revolucionario da su discurso.

…vinieron los enemigos de la regeneración de la humanidad, esos blancos, esos colonos, esos hombres de especulación, ¡<<verdaderos demonios>> vomitados por la boca de Alecto! Vinieron con insolencia; cubiertos venían, los soberbios, de armas, de penachos y de vestidos magníficos a la vista, y nos despreciaban porque eramos negros e íbamos desnudos… nuestro ejercito se precipitó sobre el suyo como los insectos sobre un cadáver; ellos cayeron con sus pomposos uniformes bajo los golpes de estos brazos desnudos que creían sin vigor, ignorando que la buena madera es mas dura cuando se le quita la corteza. {pág. 98}

250px-francisco_de_goya_saturno_devorando_a_su_hijo_1819-1823
Saturno devorando a un hijo (1819-1823), por Goya.

Hugo da también espacio a la crítica del deseo del blanco de eternizarse, por este, sádicamente, encarna el mito de Saturno quien devoró a sus hijos.

…mulatos, no os dejéis entibiar por las seducciones de esos <<demonios blancos>>: vuestros padres están en sus filas, pero vuestras madres están en las nuestras. Además … nunca os han tratado como padres, sino como amos; vosotros erais esclavos como los negros. Mientras un miserable taparrabos cubría  apenas vuestro cuerpo abrazado por el sol, vuestros bárbaros padres se contoneaban con sus sombreros, y usaban chaquetas de mahón los días de trabajo, y los días de fiesta vestidos de barragán o de terciopelo… {pág. 98}

Cegados por la ira, no hay justicia, solo venganza, el blanco asiste a la vendimia de las uvas de la ira, donde el mosto lo da su propia sangre.

¡Sigamos su glorioso ejemplo, la tea en una mano y el hacha en la otra! ¡Asesinemos a sus familias, talemos sus plantíos! ¡No dejemos en sus dominios un solo árbol en pie! ¡Revolvamos la tierra para que se trague a los blancos! {pág. 99}

 

 

 

Gabriel Marcel – Diario metafisico

gabriel marcel - diario metafisico

Existencia

Marcel en su diario nos habla de la cercanía de su pensamiento con el pensamiento nietzscheano y su oposición al pensamiento kantiano. El juicio solo puede existir en un cuerpo encarnado. El entendimiento puro no podría diferenciar lo real de lo irreal. Aún si pudiéramos evitar las percepciones externas, nos percibiríamos a nosotros mismos en tanto que alienados. El idealismo tiende a eliminar las consideraciones existenciales ¿por que existo?¿cual es el fin de la existencia?

Alma e inmortalidad

Para Platòn, el alma es una idea y por tanto no puede morir, las ideas están, no tienen principio ni fin. Junto a Platòn la gran mayoría de los filósofos apuestan por el alma inmortal. En cambio, Nietzsche y Marx no apuestan por el alma inmortal. Segun Nietzche la inmortalidad del alma es una visión apolínea errónea. Para los hindúes el alma se disuelve en Brahma y vuelve a reencarnar, en oriente «no-ser» y «nada» son prácticamente lo mismo, en occidente se les diferencia («El hombre es el ser por el cual la nada viene al mundo» J. P. Sartre). La encarnación no es un hecho, sino un dato que nos permite realizar actos. Mi cuerpo me es dado, pero no es para mi un dato, todo dato implica objetivaciòn, lo objetivisable es lo permeable. No puedo dominar, ni analizar, ni definir el hecho de existir. Soy mi cuerpo es afirmar que no puedo observarme como si no fuera mi cuerpo (metafísico).

Desde el momento en que el cuerpo es tratado como objeto de estudio, por el mismo hecho yo me destierro al infinito.

Es como leer el libro de Marcel, ese ser que damos a Marcel no es el existenciario Marcel, el ser que damos al cuerpo del otro es subjetivo.

El Otro

La visión marcelina de el Otro es cercana tanto al predecesor Kierkegaard como a su contemporáneo Sartre. El hombre es ‘impermeable’, no puedo meter ideas en el otro, debo hacer dialéctica con él. La impermeabilidad del otro le vuelve un secreto para nosotros y es el origen del miedo. A la vez, no hay nada en el mundo que no sea para mi, por tanto el Otro forma parte de mi cuerpo metafísico. Opacidad, alteridad, Otro, la opacidad es la interposición de mi mismo ante el Otro. Marcel se opone, junto con  los demás existencialistas, al cogito ergo sum  reafirmando la máxima existencial existo luego pienso.

La oposición sujeto-objeto se halla trascendida porque el objeto se subjetivisa. Conocer un objeto es contingente, no trascendente, la investigación es contingente porque no podemos definir inteligiblemente el ser de las cosas. La situación se abre a la reflexión, pero no se puede comprender la existencia, solo aproximarla. La oscuridad del mundo exterior reside en que no me conozco a mi mismo, el mundo me es oscuro porque soy incapaz de entender mi cuerpo y proyecto, la opacidad del mundo es la interposición de mi mismo ante el mundo y por lo mismo mi opacidad la proyecto en el mundo.

Nietzsche – el bien y el mal

Para Nietzsche todo lo malo es una concepción judeocristiana. La decadencia estética, el reinado del positivismo, el marxismo, son males generados por la misma concepción judeocristiana (Marx considera que la religión se utiliza como opiaceo para el proletariado). Nietzche afirma que la ética judeocristiana nos lleva a una concepción apolínea del mundo, establece una dialéctica apolínea o dionisíaca. La apolínea busca la luz, los limites de lo que se puede o no hacer. Visión grecorromana que la refiere al clasicismo en la cultura, poesía y arte, en el canon clásico. En «el origen de la tragedia» aboga por todo lo contrario donde el héroe es finalmente sacrificado. La concepción dionisíaca  (Dionisio piel de macho cabrio), teogonía y panteísmo, el dios identificado por todo el espíritu de la naturaleza sin intervención apolínea, donde cultivar, donde hacer arte, donde comerciar. «Dios ha muerto», ha muerto la visión judeocristiana de dios, Dios existe en la concepción de cada hombre. El hombre no debe tener limites (apolíneo) sino ser el superhombre. De la comparación entre Manes, Mitra y Jesucristo nace el superhombre de Nietzsche y la idea de que la concepción de Dios de los hombres es un error. La concepción dionisíaca es una lucha dialéctica en si. Jung posteriormente lo toma  para la lucha contra la sombra y el eterno retorno. En «mas allá del bien y del mal» afirma que no existe bien ni mal, sino que existe una síntesis mas allá de eso donde bien y mal se identifican. Entonces lo vedado puede estar bien, lo aceptado puede estar mal, o ambas cosas.

La realidad me resulta impenetrable porque no puedo penetrar mi propia existencia. Puedo observar parte de la realidad pero no la realidad en si. El pecado es el hecho de que hay una opacidad interna que solo me permite percibir que estoy y me proyecto en el Otro. Es un fallar por ignorancia, una ignorancia inevitable.

La impermeabilidad de mi cuerpo media con la realidad, si distingo mi yo de mi cuerpo, este último deja de ser mediador absoluto. En psicoanálisis existencial, la pérdida, el dolo, se llama amputación, mutilación, y es un dolor metafísico.

El hombre es el único ser que hace promesas. (Nietzche)

Para Marcel no hay estado que nos permita prometer, trascender el tiempo, error de Proust, somos nuestros recuerdos, sí, pero en tanto que tiempo vivido, no perdido («En busca del tiempo perdido» Proust). Para formular una promesa necesito un dato absoluto, relación de amor, voluntad de cumplimiento. Se nos confía algo y ese algo nos lo damos nosotros mismos al comprometernos con el Otro. Tengo al mismo tiempo miedo y deseo de comprometerme ¿merezco la libertad? Solo seguiré creyendo a condición de seguir mereciendo, cumpliendo compromisos elegidos. El sujeto no es pura receptividad, la aprehensión implica acontecimientos donde el sujeto es agente, donde pone de si para interpretar.

Receptividad y aprehensión

El sujeto es ademas aprehensión, abstrae lo que percibe (semiología), vemos el fenómeno no el noumeno, los fenómenos se dan en el tiempo, pero nuestras abstracciones no están en el tiempo. La abstracción se logra al pensar el conocimiento mismo. No hay toma de consciencia sin un acto, la idea se extrae de la cosa en una operación, la operación pertenece al pasado.

Primero hipótesis y luego análisis, al contrario de la inducción empirista y de los conductistas. El totum simul (Boecio dice que dios conoce todos los momentos de todo el tiempo, estando copresentes en una  única percepción) de una pieza de jazz con improvisaciones se logra a pesar de las discontinuidades de la pieza, a pesar de la improvisación puedo obtener un todo como un  todo, como un dato, que me es dado, así la improvisación busca hacer participar al público.

Además mi participación contribuye a la improvisación del artista (mediten acerca del show de un comediante en el que el público no se ríe, y en el que sí). El psicodrama como terapia de grupo donde se dramatiza los problemas de los pacientes, donde el terapeuta comprometido deja la receptividad pura, coparticipa, colabora, se involucra. Crítica al análisis freudiano, es imposible lograr una abstracción, un conocimiento, sin participar.

La aprehensión no depende tanto del problema, sino de la actitud frente al mismo. La coparticipación del terapeuta cesa si este, no es modificado recíprocamente con el paciente, si se convierte en puro espectador, sin aprehender, al disociarse cesa el aprehendizaje.  Puede suceder porque rechazo lo que percibo o porque me niego a participar de el. Para quien no participa hay una nada intrínseca, no es posible el totum. La participación requiere de la interiorización, de  manera opuesta, lleva lo existente hacia dentro de mi. No existe terapeuta que no participe, la no participación nos hace indisponibles.

Miguel de Unamuno – La tía Tula

La tía tulaLa tía tula by Miguel de Unamuno

 
¿Que significa hoy tener una dimensión dialéctica? En la introducción al libro de Unamuno, Lozano nos cuenta «Rosa, tiene…una existencia instrumental en la que cumple todos los estereotipos sociales acerca del ‘destino natural’ de la mujer. Es una mujer sin dimensión dialéctica cuya actitud vital y cuya palabra son exactamente las que se esperan de ella: pura función del marido, de los hijos, de la casa…de sacrificio ‘por amor'»

 

Gabriel Marcel – Los hombres contra lo humano (I)

gabriel marcel - los hombres contra lo humano
Gabriel Marcel – Los hombres contra lo humano
Traducciòn: Beatriz Guido
Colecciòn «El mirador»
Librerìa Hachette S.A. Buenos Aires 8 de Febrero de 1955

Para los existencialistas como Gabriel Marcel, el Dios, o el absoluto de cada uno, existe porque «yo lo pongo ahí», porque existe para mi, porque todo es para mi, lo que es para otros me es inalcanzable sin hacerlo propio y por ese acto velarlo (el velo de maia). Y le redefino cada vez que cambio mis valores. Luego comunico a los demás, mis valores y mi fe, en cada acto que realizo (y así  es como «el hombre elige al hombre» nos dice Sartre). Estos valores pueden formar parte de la consciencia mítica (Jung), y yo elegirlos para mi, o pasar a formar parte de dicha consciencia a partir de los hombres-líderes del mundo de las ideas, para bien o para mal y siempre de un hombre a otro hombre.

La fe, el deber ser, el Dios, está en nosotros, Gabriel Marcel afirma que «el hombre está en agonía» cuando deja de creer en el sentido de-si desde-si, y opta por técnicas de enajenamiento (entretenganme por favor), aniquila su sujeto para creer en Otro que le dicte su actuar, y así lo determine. Esto es la condición de posibilidad de los fanatismos, fenómeno de masas, que han abierto la puerta a las tragedias de la historia.

«…desde muy temprano, he discernido los estragos imputables a cierto tipo de fanatismo igualitario… ¿existe realmente una conexión entre el horror de la abstracción y el de la violencia colectiva?…es imposible establecer la paz desde abstracciones…la gente de derecha está muy lejos de tener el monopolio del conformismo…está en contradicción flagrante con los principios que pretende defender»{pág 8}

«No se trata…de beneficiar al conformismo de derecha, con todo lo que a menudo implica de ceguera y de inconsciente crueldad, con la reprobación que se debe hacer pesar sobre el conformismo de izquierda…Lo propio de un pensamiento honesto es ser bilateral y vedarse en toda circunstancia cargar…en el crédito de unos lo que se asienta en el débito de otros.»{pág 10}

Para el existencialismo no existen las adicciones, existen las conductas de evitación de la angustia. Por eso tratar la adicción sin tratar su causa es fútil. La angustia frente al porvenir, nadie la niega, la angustia del pasado muy pocos la aceptan. Soy lo que elegí, y todo lo que no elegí. Lo que no elegí está siempre presente, junto a lo que sí, y al mismo tiempo que mis actuales posibilidades.

«¿Como…no sacar a luz la ilusión óptica en virtud de la cual subestimamos el peligro pasado…porque lo creemos pasado?…¿no podría suceder que reapareciese bajo un aspecto apenas modificado?…debemos…denunciar los daños de cierto relativismo…que es en el fondo egocéntrico. Pero observaré…que cierta dogmática de la historia no es menos desastrosa en sus consecuencias»{pág 10}

«el caso de Jean Genet…El burgués que practica las repugnantes virtudes de su clase retrógrada ¿no resulta a acaso mucho menos brillante que ese ladrón pederasta que tiene el coraje de llegar al acto cuando el otro se queda quizá en sus veleidades inconfesadas?…Nuestra época nos propone el espectáculo de una verdadera coherencia en el absurdo…aquel absurdo se transforma muy positivamente en mal» {pág 11}

El fanatismo nos hace máquinas, la aniquilación del sujeto, mediante la técnica del entretenimiento y la continua creación de necesidades, nos priva del sujeto crítico. La técnica por el hombre sí… y contra el hombre. «El fetichismo de la novedad» (Heidegger) es el escapar de mi, mediante la inundación de la consciencia por un montón de cosas irrelevantes en las que uno no está sino pasivamente, huyo de todo lo que me importe para no angustiarme, en el continuo entretenimiento solo somos en tanto que formamos parte del proyecto de Otro ¿para que pensar?

«…jamás podrá construirse una máquina capaz de interrogarse sobre sus condiciones de posibilidad y sobre los límites de su eficacia…íntima conexión entre reflexión y misterio…cuanto mas progresan los técnicos, más está en retroceso la reflexión…no digo…que esa conexión…sea fatal…las técnicas tienden a crear una atmósfera…antiespiritual, lo menos favorable posible al ejercicio de la reflexión» {pág 12}

«…hoy en día lo universal no puede afirmarse sino fuera de las masas y contra ellas…Entre el amor y la inteligencia, no puede haber verdadero divorcio.Ese divorcio no se consuma sino cuando la inteligencia se degrada…o…cuando el amor se reduce al apetito carnal»{pág 13}

«…las masas no existen ni se desarrollan…sino muy por debajo del plano donde la inteligencia y el amor son posibles…Solo…la persona<<Platón>>, es educable. Fuera de eso no cabe sino un amaestramiento…tenemos que instaurar un régimen que sustraiga el mayor número de seres humanos a ese estado de envilecimiento o de alienación. Esto se traduce por el hecho de que las masas son esencialmente…fanatizables» {pág 13}

Téngase en cuenta que G. Marcel conoció a J. Goebels, no conoció las universidades virtuales abiertas.

Una canción de Charly Garcia reza: «Los carceleros de la humanidad no me atraparán dos veces con la misma red…»

¿Conocen la frase «Dios ha muerto» en el sentido que Nietzsche le dio? Significa, a mi entender, que abandonados los absolutos, decepcionados de estos, debemos darnos nuestros propios ideales, no habla de ateísmo como se cree. El tal llamado nihilismo nietzscheano, es la ausencia de valores sí, pero en tanto que es oportunidad de abandonar los valores heredados e ir por los propios.

Al respecto Marcel nos dice:

«A la afirmación proferida por Nietzsche: ‘Dios ha muerto’, casi tres cuartos de siglo más tarde. otra afirmación, mas murmurada en la angustia que proferida, viene hoy día a hacerle eco: ‘el hombre está en agonía’. Entendámonos bien: esta afirmación está desprovista de toda intención profética; (…). Decir que el hombre está agonizando es decir que se encuentra solamente en presencia, no de un acontecimiento exterior, como el aniquilamiento de nuestro planeta, que podría ser por ejemplo la consecuencia de un cataclismo sideral, sino de posibilidades de una destrucción completa de sí mismo que se presentan hoy como residiendo en él, a partir del momento en que él hace un mal uso, un uso impío de las potencias que lo constituyen. Podemos, pues, pensar tanto en la bomba atómica como en las técnicas de envilecimiento que han sido o son puestas en práctica en todos los Estados totalitarios sin excepción» {pág 17}

 

Ayn Rand – La rebelión de atlas

La Rebelión de AtlasLa Rebelión de Atlas by Ayn Rand

Rand se ocupa bien de que cada personaje con preocupaciones sociales sea un fracasado y resentido, un inútil e inmoral ante la vista de sus personajes principales, los cuales buscan obsesivamente el dinero y el éxito y su idea de progreso. Rand desprecia todo argumento basado en conciencia social y razona que todo gobierno que los persiga acabará en la derrota económica y en la desesperación de los industriales debido a que son ellos los que pasan a sufrir en este mundo, ella sugiere que el mundo capitalista y su concepción de progreso es justo. Francamente cada capítulo que leo me deja un gusto agrío en la boca, escribió muy bien este libro, cualquier persona egoísta, ensimismada e inconsciente de clase media la juzgaría una visionaria. Yo, aún siendo de clase media, no puedo sentir otra cosa que rechazo por este libro. De todas maneras lo leeré entero ya que considero que toda persona debe mantener la mente abierta y prestar atención a los argumentos de sus oponentes.
A pesar de esto, negar la dialéctica es abrir la puerta al fascismo desde cualquier lado de la política. Por tanto zurdo como soy sigo leyendo

«-¿Está orgulloso de los rieles de la Línea John Galt?

-Sí. Porque son los mejores que se haya fabricado

-¿Por que los fabricó?

-Para ganar dinero

-Hay formas mucho mas fáciles de ganar dinero ¿por que eligió la mas dura?

-…para cambiar mis mejores esfuerzos por los mejores esfuerzos de los otros.»

Esa es la esencia de la moral capitalista para Rand, «cambiar mis mejores esfuerzos por los mejores esfuerzos de los otros.» Aquí no está de acuerdo con la explotación a partir de la ventaja dada por la acumulación de riqueza originaria. Para Rand el rico debe esforzarse tanto como el prole, ese es el sentido de su moral liberal, con la generación de riqueza como instrumento de auto-exigencia, no como fin.